viernes, 25 de septiembre de 2009

MALDITOS BASTARDOS (Inglorious Basterds)

Diálogos que harán historia. A pesar de la farsa narrativa que supone la ambientación y recreación de una época muy presente en nuestros libros y en nuestra memoria.

Nada es lo que parece (o cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia). No se busca el rigor histórico más que en el guiño a determinadas situaciones y carácteres de las personas que fueron sus protagonistas, y que son ridiculizadas de forma sutil y brillante sin quedar títere con cabeza.

Buscar errores de base es caer en el tópico buscando grandes guiones que se sostengan por sí mismos. No es ese el objetivo. Mirar con lupa supone darse cuenta de la propia incongruencia, tratando de apreciar detalles que son inconsistentes mientras uno se pierde los gestos primordiales.

Desde su escena inicial, con un soberbio Hans Landa visitando una granja de judíos (cargada de silencios y momentos de tensión sostenida en las que el fatal desenlace es tan previsible como sorprendente); pasando por el cuadro de vengadores bastardos coleccionistas de cabelleras alemanas, tan crueles como bobalicones, estructurados como anárquicos, delirantes como reflexivos, la película supone un viaje de continuas referencias cinéfilas, diálogos hilarantes y sangre que hierve a flor de piel.

Caos, furia sostenida, romanticismo, la justicia tomada por la propia mano. Imprescindible sin doblajes para poder disfrutar de los guiños y argot en distintos lenguajes. Tarantino en su propia esencia.

DIRECTOR: Quentin Tarantino
AÑO: 2009

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