miércoles, 10 de diciembre de 2008

ANGUSTIA (Breakdown)

¿Quien no ha imaginado o soñado en alguna ocasión que es enterrado vivo? Sin dudarlo, uno de los despertares que con más angustia recuerdo es siendo niña, cuando una noche cualquiera, pasé un tiempo indeterminado hundida bajo tierra en un ataúd de madera vieja, a oscuras y con la terrible sensación de que a pesar de andar despedazando el listón y poder cavar la tierra nunca sabría si lo haría en la dirección correcta... hacia la luz, o sumirme más en la profundidad.

Un magnate (sobrio Joseph Cotten) en vacaciones emprende el camino de regreso al hogar cuando es víctima de un accidente. Postrado en el coche, con los ojos semiabiertos, es tomado por muerto por todos los que se acercan al lugar. Incapaz de comunicarse con el exterior ni de moverse, somos testigos de su lenta agonía y desesperación al sentir la impotencia con la que es despojado de todo cuanto tiene. Un dedo en movimiento que será una herramienta inútil al principio por el ajetreo externo, y más tarde por la postura a pesar del silencio.

Será una lágrima, al final, la que delate el corazón que sigue latiendo... un final abierto, en el que poco importa lo que acontece luego (sobrevive? en qué estado? seguirá moviendo sólo un dedo?) más la angustia creciente de saberse vivo entre los muertos.

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