sábado, 13 de diciembre de 2008

MONGOL

No recuerdo que en la escuela se hablara del imperio mongol. Aunque en realidad tampoco tengo recuerdos precisos de haber comprendido el estudio de la historia como posibilidad de comprender las raíces, más que el intento injustificado de memorizar una serie de nombres y fechas sin conexión alguna.

Quizás por ello el cine histórico, más que una epopeya visual lo que supone es una puerta abierta a la curiosidad. Ni tan siquiera tengo una noción básica de quién fue Genghis Khan, ni de la vida nómada de este pueblo, ni del mito de su historia que por primera vez conozco en dos largas horas de biografía adaptada a la gran pantalla. La leyenda de un hombre, el retrato de las guerras por salvar el propio orgullo, una pizca de pasión pseudoromántica, algo de humor y sangre, estrategia, lealtad, traición y dominio sobre todos buscando extender el poder sin fronteras.

Bellos paisajes, escenas que muestran la crudeza de la batalla y la tradición como bases de una cultura que temía al mismo trueno que posibilitó a uno de sus líderes la victoria. Sorprende ver como, a pesar de la diferencia de culturas, si hay algo que sobrepasa fronteras es la sensación del honor destrozado, y la necesidad de restaurarlo con la venganza como objetivo capital de la propia vida.

Y tras conocer el poder y el destierro, la riqueza y la más profunda de las austeridades, la saciedad y el hambre, la fortaleza y desfallecimiento... logró erigirse máximo gobernante, la leyenda del Kan que pasaría a la historia.

DIRECTOR: Sergei Bodrov
AÑO: 2007

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