domingo, 19 de abril de 2009

SIETE MESAS (DE BILLAR FRANCÉS)

Los engaños son parte de nuestra existencia como humanos. Hay quien dice que uno no puede poner la mano en el fuego ni por sí mismo, así de volubles son nuestros pensamientos, y de poco coherentes nuestros actos.

Es por eso que mostrar la realidad de historias personales colmadas de engaños, mentiras, dobles vidas, secretos y artimañas no es algo sorprendente. Tampoco lo es a estas alturas la capacidad del hombre de sobreponerse, de hacer borrón y cuenta nueva y tratar de construir de nuevo una realidad más tolerable.

Cada uno carga en sus espaldas con una crónica personal que le lleva a ser quien es. Padres que volcan en sus hijos las espectativas que ellos nunca pudieron cumplir, pero que a la vez se muestran reacios a que sus descendientes acometan sus objetivos y les superen. Parejas que creen conocerse y descubren un día que han construído una realidad sobre unos tambaleantes cimientos. Hijos que creen cumplir su cometido en la vida haciendo lo que socialmente se espera de ellas, cuidando a su manera y creyéndose víctimas de una vida que no han elegido, cuando tampoco luchan por cambiarla (ni escuchar, quizás, los gritos desesperados de quienes apuestan por su independencia). Amigos que se unen en un lugar común a pesar del descalabro de sus propias vidas, que se conocen y desconocen en la misma medida, ajenos a cualquier apunte de desconfianza.

Un muerto, la rueda que gira y obliga a los participantes a tomar partido. A veces en un segundo pueden cambiar las cartas del destino, un espacio queda vacío y hay que tomar la decisión de romper definitivamente con las cadenas que nos anclan al pasado y crecer, o vivir de forma permanente en el lamento de lo que pudo ser, pero algo ajeno se interpuso.

A veces, una carambola puede ser fruto del azar... pero casi siempre, es uno mismo quien dirige la fuerza del tiro.

DIRECTOR: Gracia Querejeta
AÑO: 2007

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