sábado, 2 de enero de 2010

GORDOS

A priori la idea puede ser atrayente. Acostumbrados como estamos a vivir en un mundo de extremos, en el que uno puede pasar de la carencia al exceso sin apenas pestañear, que le hablen de forma cómica del sobrepeso se aparece como una posibilidad real de humor negro.

No obstante, a pesar de la originalidad de la trama, uno pronto se ve engullido por la poca credibilidad de intérpretes. Entre quilos que van y vienen, rostros que crecen y decrecen a la velocidad del rayo, obsesiones, fobias, hambres no saciadas cubiertas con bollerías industriales y helados sin restricción uno se pregunta al final si de verdad hay moraleja. O es un canto al "quédese usted como está, que para el caso va a ser lo mismo".

Sí es verdad que podría haber invitado a la reflexión. Aunque en parte siento que todas las cavilaciones tenían fecha previa, al menos en mi caso. Sí. Gorduras que expresan carencias, formas de saciar la ansiedad interna, un vacío interior que se manifiesta en nosotros con miles de excesos: comida, tecnologías, emociones intensas, viajes transatlánticos... o carencias extremas, para llevar el cuerpo (¿el alma?) anestesiada a un puerto en el que note algo, reaccione, sienta, quiera, viva.

La sensación es que, al final, uno se queda con el sinsabor de lo que hubiera podido ser en otras manos.

DIRECTOR: Daniel Sánchez Arévalo
AÑO: 2009

No hay comentarios:

Publicar un comentario