sábado, 31 de mayo de 2008

EL VIAJE DE CHIHIRO (Sen to Chihiro no kamikakushi)

Viernes, mientras un perdido rayo de sol asoma tímido entre las nubes que cubren el cielo y presagian un nuevo fin de semana gris y lluvioso. El cuerpo pide descanso y desaceleración, pide aprender de nuevo a disfrutar de los pequeños momentos compartidos, del tiempo que se escurre entre las manos.

En días como este tumbarme en la cama con una buena taza de chocolate caliente y dejar volar la imaginación se convierte en mi regalo personal, en una especie de homenaje a los pequeños placeres que a menudo dejo de lado por la fugacidad del tiempo, y por carecer del candor para dejarme llevar por la imaginación y el sueño.

Quizás por una especie de fascinación por lo mágico, me recuerdo disfrutando de pequeña leyendo a Ende, transportándome a mundos donde el tiempo se interrumpía e imaginándome a mí misma como Momo buscando relojes o siendo Bastián escondido leyendo las páginas de un libro en blanco que se escribía a sí mismo. Luego vinieron otros, hobbits y magos de terramar, autores desconocidos, leyendas nuevas. Y un día crees crecer y quedarte lejos de todas esas historias, pensando que la inocencia es sólo un reflejo de inmadurez y dejas a un lado los libros que evocan misterios pensando que la verdadera palabra reside en el juicio impartido por los grandes nombres de las enciclopedias.

No obstante, ni tan siquiera yo misma creo en esos dogmas. Y me imagino siempre el futuro, cuando sea yo quien pueda llenar de fantasía a otros ojos. El viejo proyecto de una habitación en la que uno pueda dejarse llevar por la imaginación, o el de crear un cuento sobre tela, o el de releer todos los cuentos que me gustaría poder explicar espontáneamente un día cualquiera, rodeada de sobrinos, hijos, amigos o quien quiera cerrar los ojos y dejarse llevar por lo inesperado.

Un viaje, un mundo cargado de simbolismos del hombre-cerdo que sólo mira por sí mismo, del grito a la sencillez y las buenas intenciones... en todo adulto, reside un niño adormilado.

DIRECTOR: Hayao Miyazaki
AÑO: 2001

miércoles, 28 de mayo de 2008

INDIANA JONES Y EL REINO DE LA CALAVERA DE CRISTAL (The Kingdom of the Crystal Skull)

Dicen que las segundas partes nunca fueron buenas. Aunque en mi opinión generalizar sea una opción simplona para los que no consideran la posibilidad de dar una oportunidad al azar y las circunstancias.

Hay quien plantea el cine como un entretenimiento, una forma de olvidar la realidad a veces amarga del presente mediante una historia que, por su peculiaridad, se sitúa en una realidad alejada del propio día a día, y confiere por unos momentos a la propia existencia de un halo de aventura tan irreal como intensa, como si por unos instantes uno se convirtiera en el protagonista de aventuras que en la vida fuera del celuloide no querría protagonizar ni recibiendo la mayor de las recompensas imaginables.

A veces la actitud previa es ya la antecámara de la satisfacción con la que uno abandona la sala de cine. El recuerdo de tardes de domingo trasladados a otras épocas, buscando vestigios de antiguas civilizaciones escondidas bajo las ruinas, buscando las siguientes pistas como su protagonista, sin mayor afán que la aventura y el descubrimiento. Por ello el homenaje dista de buscar la belleza y la perfección plasmada en imágenes, sino el reencuentro con la adrenalina que desprendía el corazón del niño que se sentaba una tarde a disfrutar de la búsqueda del arca perdida aunque ignorara previamente su existencia, los templos perdidos o las últimas cruzadas.

No, no creo que pase a la historia como una película inolvidable...sin embargo será el punto de encuentro de nostálgicos de ayer y hoy, conversaciones de sobremesa y tardes de palomitas y sonrisas cómplices.

DIRETOR: Steven Spielberg
AÑO: 2008

martes, 20 de mayo de 2008

EL REY PESCADOR (The fisher king)

Siendo niño, el Rey tiene que pasar una noche solo en el bosque para demostrar su valor y poder convertirse en Rey. Y mientras pasa la noche solo, le sorprende una visión sagrada. En la hoguera se le aparece el Santo Grial, símbolo de la Gracia Divina del Todopoderoso, y una voz le dice al niño: "Tú custodiarás el Grial para que pueda curar los corazones de los hombres." Pero el muchacho quedó cegado por la visión más impresionante de una vida llena de poder, gloria y belleza. Y en instante de inmenso asombro, sintióse por un instante, no como un niño, sino invencible. Como Dios. Y se acercó a la hoguera para coger el Grial. Y el Grial desapareció, quedando su mano en el fuego, que le produjo grandes quemaduras.

A medida que el niño crecía, la herida se hacía más profunda. Hasta que un día, la vida perdió aliciente para él. Ya no tenía fe en los hombres, ni en sí mismo. No podía amar, ni ser amado. Estaba hastiado por sus experiencias. Y empezó a morirse.

Cierto día, un tonto penetró en el castillo y encontró solo al Rey. Y al ser tonto era un ingenuo, y no vió que era el Rey. Solo vió a un hombre a solas, lleno de dolor. Y le preguntó al Rey: "¿Qué te aflige, amigo?" Y el Rey le respondió: "Estoy sediento y necesito agua para refrescar mi garganta."

Y el tonto cogió una copa que había junto a su lecho, la llenó de agua y se la dió al Rey. Y cuando el Rey comenzó a beber se apercibió de que su herida estaba curada. Miró a sus manos y allí estaba el Santo Grial que había buscado durante toda su vida. Se volvió hacia el tonto y le dijo: "¿Cómo has encontrado tú lo que mis mejores y más valientes hombres no han podido?" Y el tonto respondió: "No lo sé, sólo sé que tú tenías sed."

Canto a la locura del cuerdo que prefiere vivir en un mundo imaginado, canto a la locura del genio que vive en un mundo paralelo al real, canto a la supervivencia de una vida de aparentes seguridades pobladas de vacíos, canto al desnudo bajo un cielo estrellado, al gesto que logra redimirnos de nosotros mismos, al símbolo de un acto, a la importancia de saberse vivo.

Da un vuelco, a veces, sin previo aviso. Lo no esperado. Y de repente todo aquello que constituía la base de un deambular estable se derrumba, cuál edificio sin cimientos. El poder de la palabra va más allá de su literalidad; un mismo gesto puede llegar a construir un mundo, y dinamitar otro. Contradicciones del hombre desde su origen, cuando todo descubrimiento puede ser un arma de doble filo según la orientación final que pueda otorgársele. Las pistolas no disparan solas.

Canto a la espontaneidad con la que exploramos nuestro alrededor de niños, la inocencia que puede conservarse cuando la edad parece que invita al recato. Desnudos bajo un cielo estrellado, sentir el frío sobre la piel sería como regresar a lo primitivo de uno mismo, liberarse de los convencionalismos que crecen día a día por la vida en sociedad que prima el "no hagas esto" en favor del "descúbrete". No es cuestión de andar desnudos en el parque, más bien de desnudar el alma y desgranarla, saberse los propios deseos, las inquietudes, y dejarlas volar...

DIRECTOR: Terry Gilliam
AÑO: 1991

sábado, 17 de mayo de 2008

MADAYAYO

- Mahda-kai (¿Estás listo para irte al otro mundo? )
- Madadayo (No, todavía no)


Con el paso del tiempo, la figura del maestro ha ido cambiando de color.

La generación de mis padres aún recuerda con extrema nitidez las escenas de castigos ejemplares con azotes o con golpes de regla encima de las manos, el respeto desmesurado mezclado con el miedo, la rectitud, la veneración.

La generación de mis hermanos empezó a descubrir el cambio en pos de una relación más saludable, manteniendo ese espacio en el que el profesor seguía siendo el dueño de ese pequeño imperio pudiendo tomar medidas más o menos drásticas según propio criterio.

Luego vinimos nosotros, y empezamos a viciar la relación. Y se mezclan en perfecta aleación la falta de motivación por ambos bandos. La pasión por la docencia empieza a desaparecer en los ojos brillantes de aquellos que durante muchos años han repetido los mismos conceptos, y que de repente se encuentran ante un público resistente, que a menudo ignora la importancia de empaparse de todo conocimiento para poder desarrollarse mejor.

Ahora ya es difícil venerar al maestro. Ya no quedan personalidades como oro puro, y si los hay, se diluyen en el magma de la multitud. Si cierro los ojos, mirando atrás entre imágenes de la memoria, recuerdo a aquellos que impulsaron mis pasiones, que supieron alcanzar mi inquietud, cazarla al vuelo y darle alas entre el gentío deambulante bajo el mismo ritmo. Muchos de ellos navegan ahora en un mar de nostalgias, buscando en su pasado la motivación que antaño era espontánea, y que ahora deben forzar ante las aulas repletas de mentes uniformes con poca curiosidad. Encontrar diamantes en bruto supone, para algunos, la mecha que aún les mantiene en su lugar, a sabiendas que ya en pocas ocasiones enseñar va a ser algo más que un trámite burocrático para sobrevivir.

Madadayo supone un homenaje a la figura de ese maestro en vías de desaparición. Un tanto exagerado y cerimonioso (aunque puede que lo sea siempre lo japonés, y de nuevo nos caricaturice aquí lo excesivo de las reverencias y respetos de su propia cultura) evocando de forma emotiva una relación que se expandía más allá de las aulas.

DIRECTOR: Akira Kurosawa
AÑO: 1992

sábado, 10 de mayo de 2008

EL JARDINERO FIEL (The Constant Gardener)

No sé muy bien el motivo... aunque en la mayoría de ocasiones no ando cuestionándome a mi misma las motivaciones que me llevan a dar unos u otros pasos. Pero siempre que veo una película con un matiz de rebeldía antisistema y una pizca de la aventura de lo desconocido despiertan en mí antiguos sueños, viejas pasiones de viajes y acciones humanitarias en las que me veo a mi misma con una sonrisa en los labios, a gusto.

No creo que en el futuro recuerde esta película especialmente por su argumento, ni por su puesta en escena. Tampoco puedo decir que sea una trama original, ni una forma de presentarla de las que se quedan impregnadas en la retina para la posteridad. Sin embargo a veces ciertas imágenes nos evocan recuerdos, o nos invitan a desempolvar pensamientos arcaicos que los años, la cordura o el dejarse llevar han dejado en el trastero de la conciencia.

Veo imágenes de una mujer en mitad de África, paseando por calles trazadas con gravilla y marcas de huellas de los pies de los que las habitan. Por un momento parece que el transportarse a un lugar parecido pueda significar dejar de preocuparse por todo lo superfluo que nos acompaña, y que dibuja la monotonía de nuestros días. Quizás mi ansia de marcharme durante unos meses a uno de esos lugares, apartada de las luces de neón y sonidos polifónicos, no sea más que un deseo de encontrarme a mí misma, sin avatares ni influencias del día a día. A veces creo que tras el sueño juvenil de marcharme (en su origen a India, ahora supongo que tendría mayor variedad de destinos) se esconde un deseo de estar a solas con el mundo que me rodea, de poder mirar mi reflejo en la orilla de un río y saber lo que soy, lo que siento, lo que necesito.

La intención es la ayuda, aunque siempre he pensado que enrolarse en una acción aparentemente humanitaria siempre tiene un cierto matiz de egoísmo. En su día, para mí estar con niños discapacitados era no sólo un estímulo por la sensación de ayudarles en su día a día, sino la alegría al dejarles por haber compartido algo aparentemente exento de recompensas. No se da si no se recibe nada a cambio, y mi felicidad y sonrisas eran entonces el regalo. Me parece que, buscando salvar a la gente con dificultades, en el fondo sólo intentaría salvarme a mí misma. Aunque tampoco tengo claro qué conlleva saberlo, si debería ser menos lícita la acción por el hecho de ser compensada.

Pero la necesidad crece, aunque nunca se sepa cuál es el mejor momento. Debería ser una motivación más para vivir al pleno, levantarse y aprovechar las ansias de descubrir el vasto mundo que me rodea…u

DIRECTOR: Fernando Meirelles
AÑO: 2005

jueves, 8 de mayo de 2008

SAW

Cuando alguien no ha matado a nadie con sus propias manos, y sin embargo es el artífice teórico de todas ellas, ¿se puede considerar culpable de homicidio?

Bautizar como 'Jigsaw' a esa voz en off que nos acompaña durante toda la película no es más que el reflejo de lo que él mismo trata de lograr. Un rompecabezas en el que lo aparentemente más sencillo se convierte en un dilema personal moral.

¿Hasta dónde llegarías por salvarte? Para él, la prueba estriba en poner a la persona entre la espada y la pared de su propia existencia, llevarle hasta lo más profundo y detestable de su interior y sacarlo a la luz. Sólo así uno se puede redimir de la pasividad con la que circula por el mundo y empezar a vivir al pleno. Pero la mayoría de sus cobayas perecen en el intento, demasiado débiles para poner en jaque su parte primitiva superando cualquier ápice de moralidad existente.

Muchos agradecen de seguir con vida, pero tu no...ya no...

DIRECTOR: James Wan
AÑO: 2004

lunes, 5 de mayo de 2008

LEONES POR CORDEROS (Lions for Lambs)

A veces, antes de conocer el argumento, sólo la plantilla de actores pueden captar tu atención hacia una película. En esta ocasión, la atracción inicial menguó de repente cuando, esperando el inicio en el cine de otra película, entre otros muchos vi un trailer que me dejó un sabor de demagogia ya conocida, de historia de galones y banderas americanas ondeando bajo un discurso archiconocido y tópico de patriotismo encubierto.

Luego te asomas al videoclub dejándote perder por la estantería de novedades y piensas que bueno, de acuerdo, a todo hay que darle una oportunidad, fíjate, si el director es Redford que ya ha hecho sus incursiones en el cine y alguna imagen de susurros a caballos o pescas en tumultosos ríos vitales ya han quedado en mi retina.

Y no sé decir hasta qué punto es arriesgado el mensaje crítico escondido tras las declaraciones que se suceden sin pausa y se intercalan unas con otras cuál si de monólogos se tratara a pesar de referirse a historias paralelas. Si las palabras construyen ideas , en esta ocasión serán los hechos los que constituyan el punto común entre las vidas de los que en teoría disponen del poder en la palma de sus manos, y los que podrán tener algún día la posibilidad de darle un giro al rumbo de los acontecimientos. Sin embargo, no son las reflexiones políticas las que orientan en definitiva los hechos; tras la voluntad hecha palabra de lucha por el cambio están el miedo, la comodidad, la pasividad del que se sabe estable dentro del caos del mundo y quedan aquellos que a su manera deciden convertir los poemas en caminos nuevos. Quizás su mayor homenaje sea la cita casi susurrada entre discursos: “En ningún lugar he visto a tales Leones conducidos por tales Corderos."

DIRECTOR: Robert Redford
AÑO: 2007

domingo, 4 de mayo de 2008

UN FUNERAL DE MUERTE (Death at a funeral)

Hay circunstancias en la vida en las que, a priori, la seriedad se erige como premisa. Por normal general la comedia siempre ha sido un género menor en el cine, quedando grabadas en la retina imágenes para el recuerdo de dramas personales o historicos narrados en versión celuloide. La comedia entretiene, provoca un placer momentáneo y fugaz sin huella aparente, especie de pausa de la realidad de tonos gris pastel que nos rodea.

Puede que, con una lentitud constante, la risa vaya pasando a formar parte de un recodo de nuestros días, cuando parece que cualquier pequeño suceso debe ser tomado cautelosamente, por miedo a herir susceptibilidades de género, raza, creencia, color o pensamiento.

Es por ello que, casi siempre, el prisma que ofrece la mirada irónica sobrevolando los momentos más trágicos de la vida puede suponer un soplo de aire fresco que nos recuerde que siempre hay dos formas de enfrentarse ante la adversidad. No hay sentimientos uniformes, no existe mejor forma de sortear obstáculos que la que a uno le permita verlos como una forma de crecimiento personal, como una experiencia necesaria para forjarse de un material más sólido. Reírse de la muerte es reírse de lo más esencial de uno mismo, del corto lapso de existencia del que disponemos y que a veces desperdiciamos.

DIRECTOR: Frank Oz
AÑO: 2007

IRON MAN

Si cierro los ojos y miro atrás no encuentro en mi infancia recuerdos de personajes de cómic más allá de los Zipi y Zape, o Mortadelo y Filemón.

Supongo que siempre se ha relacionado al cómic como una forma de entretenimiento vulgar, comparada con los libros que, en mi caso, eran el centro de mis pasiones desde bien pequeña. Al final mientras uno se va formando a sí mismo hereda viejos conceptos que luego el tiempo y la propia experiencia puede, si cabe, poner en su lugar.

Salvando los prejuicios, hace ya algunos años me dejé seducir por la versión viñeteada de la literatura. Sin ideas preconcebidas. Y salté ese mito jerarquizado por el cuál un libro de quinientas páginas impreso con letra arial a espacio simple debe, por defecto, estar más cerca de aquello que llamamos literatura que una historia narrada entre dibujos, que a menudo pueden llegar a constituir por sí mismos una verdadera obra de arte.

Gozamos, a menudo, de jornadas cinéfilas como las de ayer. Una cola casi inexistente evidencia el declive del cine como pasión en pantalla grande, algo que lleva inevitablemente a entristecerse y evocar imágenes de cinemas paradiso en los que la nostalgia ve como lentamente pequeñas salas de siempre van cerrando las puertas. En mi caso ayer fue una asistencia a simple ciego, con completo desconocimiento. Seguramente por mi falta de base cultural en lo que a superhéroes se refiere, ni siquiera el título me indicaba a penas la posibilidad de un argumento, de una temática.

En este tipo de historias siempre prima lo visual más que el suceso. Personajes archiconocidos en sus diferentes versiones: el egoista que se vuelve héroe bueno, el egoista que sigue siendo egoista hasta el fin de sus días, el malo en mayúsculas, el amigo que siempre está allí aunque no comprenda nada de lo que está sucediendo, y la mujer florero cuya ayuda simplona puede terminar siendo crucial para la buena resolución de la trama. Nada nuevo en ese sentido, todo revestido de la modernidad de un escudo humano que funciona a propulsión y tiene algo de homenaje al inspector gadget de mi infancia. Son películas que, en mi caso, pueden pasar fácilmente al olvido más allá de lo visual y entretenido del momento.

Pero evocan recuerdos. En aquellos que han crecido con el sabor de poder acudir con la paga semanal al kiosco para poder gozar del hombre araña que salva al mundo, o de las aventuras de Tony Stark y su armadura de hierro que protegerá a los más débiles de la tiranía de los injustos.

DIRECTOR: Jon Favreau
AÑO: 2008

LA HABITACION DE FERMAT

Hay una especie de fascinación reciente por los enigmas matemáticos, por la vertiente oscura oculta tras los números. Una fascinación de la que el cine se ha ido apoderando en los últimos tiempos, evocando leyes y descubrimientos en los que son aquellos los que dominan de forma secreta los designios de la existencia.

Los matemáticos siempre nos han sido mostrados como personajes peculiares absortos en su propia noción del mundo, ascetas cuya mente se rige siempre por cálculos y visión binaria de lo que les rodea. Ciencias de lo absurdo con las que crecemos desde que, de bien pequeños, nos infunden un conocimiento superficial y nada práctico de lo que en realidad las sumas, restas, ecuaciones o derivadas han podido aportar a nuestra realidad de cada día.

Encerrados en un cuarto menguante los cerebros pensantes de los invitados a una reunión secreta se verán en la tesitura de exprimir sus neuronas para liberarse de la inevitable falta de espacio que supone el tiempo que pasa sin solucionarse un enigma matemático. La habitación decrece por momentos y ante la visión cercana de la muerte la lógica que aparentemente regía su existencia se ve remplazada por el inevitable recuento de imágenes de la propia vida que se debate en la lucha por la supervivencia. Lo más oculto de uno mismo, los sentimientos reales más allá de todo teorema implacable, asoman tras el nerviosismo y la debilidad de lo humano.

Y es que, a pesar de que el mundo pueda regirse por leyes intrínsecas rígidas, por suerte somos humanos, demasiado humanos. Cierta razón hay en afirmar que, si todo el mundo pudiera volar, ya no sería un deseo oculto de muchas mentes que buscan lo inalcanzable.

DIRECTOR: Luis Piedrahita, Rodrigo Sopeña
AÑO: 2007

sábado, 3 de mayo de 2008

VIVIR (Ikiru)

Lo oriental viene siempre revestido de un aura mística, elogio de lo espiritual y la calma de sus pasos como forma de conocerse y vivir de acuerdo con la esencia de uno mismo.

Si con la llegada del emperador Meiji (1868), Japón se abrió a la influencia occidental, en las últimas décadas occidente ha sufrido una fiera atracción hacia la cultura nippona en todas sus facetas: desde los haikus, ikebanas y sushis, pasando por su filosofía y ritmo de vida, el yoga y el zen hasta adoptar los manga, la literatura y el cine.

Pero todo, como siempre, bajo el tamiz previo de la visión occidental de la cultura. Adaptamos la idea mística de su relación íntima con el mundo a nuestro día a día, envolviéndola de un halo irreal patente en nuestros sueños y evocaciones de una realidad que se mueve más allá de lo material y tangible.

Quizás Kurosawa sea uno de los directores orientales cuyos filmes han sido más adaptados a la visión occidental del mundo. De su extensa filmografía, encontramos versiones modificadas en las que el ritmo y carencia del argumento se ajustan al gusto del consumidor de palomitas y pantallas extensas para el entretenimiento. Una lucha para alejar la lentitud y ceremoniosidad que destilan sus películas, ese carácter costumbrista por el cuál los personajes son algo más que un guión ordenado y sucesos, se impregnan de sensaciones que circulan a modo de versos, con su propia cadencia.

"Vivir" puede ser tildada de pesimista. Cuando el esfuerzo de un hombre condenado por su propia enfermedad se queda sólo en el recuerdo de unos pocos parece como si la propia existencia hubiera carecido de sentido. No obstante, toda interpretación tiene su contrapunto, y la lucha personal del Sr. Watanabe por darle un sentido a una vida monótona y vacía adquiere relevancia en sí misma, en la capacidad de demostrar que la trascendencia de los hechos no lo es tanto por la popularidad de los mismos, sino por el significado que adquieren dentro de la propia vida.

Todos nos hemos planteado en alguna ocasión qué cambiaría en nuestra vida si, de repente, nos dijeran que disponemos sólo de dos meses más para gozarla. Resulta sorprendente (y en ello me incluyo) como en esa circunstancia aflorarían nuestros deseos más profundos, esas ilusiones que de forma habitual dejamos para mañana, para el futuro, madeja de nuestros sueños. Pero el protagonista ha olvidado ya el color de sus deseos, hundido en la monotonía de los días de trabajo en los que la mejor opción es ser una momia que no se altera por ninguna circunstancia.

Mordaz crítica a una sociedad destruída por la guerra, que se ve con la necesidad de construirse a sí misma, pero que se topa de frente con la pasividad de un sistema que erige funcionarios cuya misión se resume en acumular papeles de reclamaciones sobre sus escritorios. La necesidad de mejora se lanza al aire y al azar de las circunstancias, en una realidad en la que pasar desapercibido resulta la opción más cómoda. Podemos situarnos ante la vida sin un suspiro, viendo el transcurso de las horas ante nuestros ojos, o ser protagonistas de la propia historia, vivir más que ser vividos.

Si su muerte se percibe al principio como el paso de otra página más en la historia del mundo, parece que en un atisbo de lucidez marcada por el sake su sacrificio habría podido despertar la conciencia ajena, la de que todo es posible cuando uno se empeña y cree en ello. Pero como en un círculo que se cierra, tras la ebriedad vuelve la monotonía de los días, la comodidad y pasividad que se esconden en la mente humana, casi siempre perdida entre la realidad y el deseo.

DIRECTOR: Akira Kurosawa
AÑO: 1952

viernes, 2 de mayo de 2008

DOBLE SACRIFICIO (A bill of divorcement)

Cuando uno se encuentra con la espada de Damocles acechándole en los talones la toma de decisiones se convierte en un mero instinto de supervivencia.

Desde siempre, se ha venerado la figura de la mujer-Penélope, la que espera paciente el regreso del rostro amado mientras teje y desteje un lienzo que no es más que el propio paso del tiempo escurridizo entre sus dedos. Esa supuesta virtuosidad inherente se pierde cuando, fruto de la propia inercia de los días, la vida obliga a pasar página y a colmarse con otras sendas.

Hay situaciones que uno mismo busca, cuyas consecuencias recaen únicamente sobre su protagonista. Puedo beber, puedo buscar alivio bajo el magnetismo de la droga, o refugiarme entre brazos ajenos en busca de una realidad más agradable. Sin embargo la razón pierde su objetividad cuando nos hallamos frente a frente contra aquello que nos queda fuera de control. ¿Acaso soy yo culpable de mi locura?

Y es entonces cuando nace de las cenizas el dilema moral, el doble sacrificio. Cuando querer se puede convertir en un yugo constante. Cuando las condiciones en las que nos enamoramos y amamos cambian por el mero fluir del tiempo.

Hilary regresa a casa tras más de 15 años aislado en un centro psiquiátrico. Para él, su vida continúa desde el mismo momento en que dejó el hogar, bajo las mismas circunstancias. Se encuentra perdido, vulnerable y solo. Meg, su mujer, está ahora feliz y a punto de rehacer su vida; del mismo modo, Sydney (una excelenente Katherine Hepburn) se encuentra a punto de comprometerse e iniciar su vida lejos del hogar. Lo inesperado del regreso parece truncar el curso habitual de los días, y de la tranquilidad que suponía considerar al padre-esposo como muerto.

Una enfermedad que se lleva en la sangre. ¿Quedarse por piedad? ¿Renunciar a uno mismo para de nuevo cuidar al otro y temer sus miradas? ¿Ceder ante el impulso de la pasión sabiéndose la carga más pesada? Dilema que sucede a otro dilema, escalofriante cambio de registro entre la alegría y la tristeza, la desesperación y el jolgorio, la sobriedad de las decisiones difíciles cuando el corazón pide cobijo y no obstante la razón exije ser justos.

DIRECTOR: George Cukor
AÑO: 1932