domingo, 8 de junio de 2008

ÉRASE UNA VEZ EN AMÉRICA (Once upon a Time in America)

Uno siempre se pregunta, en una u otra ocasión, cómo hubiera sido su vida si en lugar de nacer en este lugar y momento las condiciones hubieran sido otras. Menos facilidades, menos protecciones y corazas, la lucha por la supervivencia en mitad de la calle.

Ignoro el motivo, pero mi tendencia natural a escoger las películas cuando decido quedarme en casa y disfrutar del cine a la carta era la de saltar por encima de esta película y por añadidura de su homónima en el oeste. Es extraño como la mente configura imágenes prefijadas y entreteje juicios en muchas ocasiones sin un precepto concreto, sin mayor razón que el prejuicio. Me figuro que integraría el concepto de western, de diligencias y caballerias como las que leía mi abuelo en sus novelas de palmo y medio los domingos a la tarde, y me entraría la desgana o la prioridad de otras cintas. De entre los cientos que quedan en el tintero.

Supongo que la calidad de una historia no puede sintetizarse en una única referencia. No son sólo los actores, el director, la trama, la puesta en escena, los efectos especiales, la música...los que nos permiten adentrarnos en lo que popularmente llamaremos "obra maestra". Será un compendio, la suma armónica de todos esos elementos y el paso fugaz del tiempo, la sensación de vivir en el centro de la trama y ser uno más; el niño que crece cazando relojes de bolsillos ajenos, la llave que significa el compartir el futuro, la amistad, el sexo, el amor platónico, el poder del dinero, la codicia, la ambición, la traición, el recuerdo que todo lo embriaga de una cálida nostalgia.

El tiempo se detiene, entrada la noche. Si sobrevivirse es un camino cuesta arriba hay que mantener el equilibrio, buscar todo aquello que nos recuerda quienes somos en el devenir de los días; aferrarse a ello, para reconocerse de nuevo en la imagen que aparece frente al espejo.

DIRECTOR: Sergio Leone
AÑO: 1984

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