domingo, 30 de noviembre de 2008

EL GRAN LEBOWSKI (The Big Lebowski)

Bajo un sello inconfundible, con licencias que sólo quien se sabe dueño del mensaje puede permitirse, nos dejamos engullir por la fascinante forma de mostrar lo absurdo de la existencia humana. Aquí no queda títere con cabeza. El poder, la gloria, el dinero, el pacifismo, el sentimiento patriota, el amor, la dependencia, la apariencia... todo se desgrana en un mismo mortero cuando se trata de caricaturizarnos y equiparar al holgazán dejado cuya vida se divide entre la bolera, el coche y una alfombra vieja que hace juego con el mobiliario, y el magnate lisiado solitario a pesar de sus victorias, diplomas y medallas.

The Dude, el Nota. Y una parodia del azar que confunde a dos personas aparentemente opuestas. Un secuestro, o una huída, en el fondo da lo mismo. Y se abre la puerta a un ápice de adrenalina en mitad de tanta rutina (de tanto bolo, de tanto torneo en el que ser ganador no signfica nada más que ser el mejor de los perdedores), intermediario de un crimen no presenciado, lejos de toda codicia y sin embargo hundido en ella. Pseudo-hippye barbudo cuyo amor propio estriba en seguir en pie esquivando los ataques ajenos.

O Walke, el amigo obsesionado con su recuerdo de la guerra, un Vietnam que de tan repetido queda reducido a la anécdota. Como si la vida consistiera sólo en hallar un motivo para evocar el pasado, huyendo de un presente vacío en el que la soledad constituye el sello de la propia vida. No hay más que construir un pedestal para uno mismo desde donde ser el primer espectador de la lenta pero indiscutible caída, la nada, el vacío que no llena ni el recuerdo de un heroismo que se cae por su propio peso. La posibilidad de ser de nuevo capitán aunque uno esté en Los Ángeles y no haya guerra más allá de los cines colma el sentido de los días. Uno quiere creerse dios en un mundo de mortales, quiere sentir en sus venas la sangre del que se sabe guía de una misión importante, la tarea que puede llevarle a desobedecer la que enarbola como su única fe.

Y Donny, un alma silente siempre con la última palabra lista para ser lanzada. Apenas habla, reafirmando con su silencio la incapacidad de dar un paso al frente y luchar por su futuro. Apático, anhedónico, apenas conocemos nada de su vida como en muchas ocasiones apenas podríamos describir la realidad de muchos de los que nos rodean. Viene y se va como si nada hubiera acontecido, esparcidas sus cenizas desde un bote de metal hacia el Pacífico, aunque luego terminen como polvo sobre el rostro ajeno, parodias que se enlazan sin tregua.

Mujeres florero, mujeres fatales que se muestran independientes. Ajenas a todas las complicadas tramas que los hombres construyen a su alrededor. Visceral o independiente, risa sardónica que muestra lo absurdo de cualquier tipo de vida. Del artista cuyas extravagancias le llevan a pintar desnuda mientras se lanza en tirolina, de la joven casada con un magnate que pasa sus días protagonizando películas porno para zafarse del tedio, del setentón lisiado que aparenta riquezas que no tiene sólo por no tener que dar explicaciones del fin de sus días, del niño adolescente que se ve inmiscuido en mitad de una historia sin mayor conexión que una página corregida de un bloc de notas. Todos, qué más da el origen, la vida más o menos ordenada que lleven, la edad, el sexo, los sueños u objetivos de una vida. Se nace, se vive siguiendo el propio ritmo y un día, sin más, desapareces.

Y quizás no haya mayor sentido que ese, por mucho que nos creamos ángeles con un destino.

DIRECTOR: Joel Coen
AÑO: 1998

LA MALDICIÓN DE LA FLOR DORADA (Man cheng jin dai huang jin jia)

La sabiduría popular dice que vale más una imagen que mil palabras. Pero yo sigo pensando que a una buena imagen hay que acompañarla de un discurso coherente para que haga mella en la retina y en el córtex de aquellos que la observan.

No se le puede negar el impacto visual que ejerce, casi como una especie de atracción fantástica al colorido, la belleza cuidada de los rostros, la grandilocuencia de los gestos con los que se mueven cada uno de los personajes, los paisajes, la cuidada decoración en cada detalle. Todo ello desvía la atención de un argumento ya de sobras usado y conocido de deslealtades e incestos familiares, coronado por la pertenencia a la nobleza, lo intocable, lo moralmente intachable.

Incluso una guerra, disputa entre rivales cuyo perdedor ya se sabe vencido antes del inicio de la batalla, cuyo objetivo no es otro que el de salvaguardar el honor de una madre víctima de su propio secreto. El ejército del crisantemo, brillante de luz como si fuera sólo el reflejo de su propósito. El ejército del rey, oscuridad que se cierne, gris sobre gris, como lo será su futuro aunque pueble de flores doradas de nuevo el campo que quedó impregnado de tanta sangre, de la misma sangre que corre por sus airadas venas.

DIRECTOR: Zhang Yimou
AÑO: 2006

sábado, 29 de noviembre de 2008

HAPPY TOGETHER (Cheun gwong tsa sit)

"I can see me loving nobody but you
for all my life
when you're with me, baby the skies'll be blue
for all my life.

Me and you, you and me
no matther how they toss the dice, it has to be
the only one for me is you, and you for me
so happy together"

Si ya resulta chocante imaginar a dos jóvenes chinos con una vida a lo Keoruak, acostumbrados a la imagen de obsesos laborales, solitarios y basados en lo multimedia que nos llega sobre sus vidas, además hay que frotarse los ojos cuando se sigue el ritmo de sus cuerpos al son de un seductor tango, perdidos en el sudor de la noche entre rudas caricias del mismo sexo.

Una historia de amor y de olvido, de necesidad y hastío, de sueños que se pierden difuminados entre dependencias, celos, y envidias. La soledad de hallarse en una tierra desconocida, cuyas costumbres se alejan de las propias, contrasta con el terrible espacio que se genera día a día entre Lai Yiu y Ho Po. Será el hastío quien les separe antes de cumplir el objetivo de su viaje (unas cataratas tan inmensas como impersonales), el destino quien les cruce de nuevo, la compasión la que les mantenga unidos, la soledad la que les va distanciando de nuevo, ajenos a la realidad del otro.

Juegos de colores, luces, encuadres, tonos y ritmo que sigue el devenir de sus protagonistas, enlazados casi como por azar, rescatados de la rutina que muestran sus días sólo por alcanzar un sueño. Al final, cada uno a su manera, el regreso a casa es una especie de catarsis de uno mismo, tratando de encontrar la calma en las puertas del deseo.

DIRECTOR: Wong Kar-Wai
AÑO: 1997

viernes, 28 de noviembre de 2008

SLEEPERS

El fin no justifica los medios, y aunque casi siempre terminamos juzgando las acciones ajenas y tratando de aplicarles nuestra escala de valores, al final es imposible situarse en el pedestal de la imparcialidad y la coherencia.

Es por ello que, siendo testimonios indirectos de multitud de sucesos, a veces podemos ponernos entre la espada y la pared de un modo teórico. Casi todos nos levantaremos defendiendo la libertad de expresión, y sin embargo no sería extraño que nuestros pensamientos divagaran si esa libertad se usa para enaltecer la violencia o el crimen. Detestamos escuchar relatos sobre torturas en Guantánamo y no obstante nuestra moral no encontraría tan reprochable que se torturara a un supuesto violador en serie de adolescentes hasta hacerle confesar su crimen.

Los hechos marcan la existencia de cada uno de nosotros, de forma variable e individual. Generalizar sólo supone simplificar la influencia que pueden tener las vivencias en una persona. No es lo mismo ser testigo de un maltrato cuando se es un niño, que ya entrado en años. No es lo mismo perder la inocencia tropezando con piedras en el camino, que a uno le apedreen para demostrar la importancia de curtirse corazón y piel sin límite alguno.

La venganza es un plato que se sirve frío... hay venganzas a tiros, y otras que se van gestando con el tiempo, a medida que uno encuentra su sitio y el azar reabre las heridas que se creían arrinconadas en la memoria como parte de uno mismo. Y a mi, será porque recurrir a las manos nunca ha sido mi fuerte, me conmueve más la lenta decadencia del hombre víctima de sí mismo en el estrado, que la rápida muerte a bocajarro sin remordimientos ni torturas personales... será la influencia del ruso y sus crímenes y castigos, quien sabe. Mejor despertar al león dormido.

DIRECTOR: Barry Levinson
AÑO: 1996

jueves, 27 de noviembre de 2008

TROYA (Troy)

Dejo por sentado que cualquier parecido con la realidad debe ser pura coincidencia. Pero no hay que negarle a este tipo de megaproducciones que el efecto es inmediato; el poder de la imagen, de la batalla bien enfocada, del toque sentimental adaptado a nuestros tiempos... hace que uno se olvide del tiempo, y por unas horas se crea un griego más tratando de vencer al resistente pueblo troyano. Y sude con los héroes de las novelas jamás leídas, y de repente recuerde nombres que habían pasado a un rincón del olvido de las enseñanzas infantiles (si es que las hubo, claro).

Siempre he pensado que cononcer la historia es un bien precioso. No obstante, el recuerdo de las interminables sesiones infantiles de fechas sin sentido, de nombres a memorizar y batallas que no servían más que para superar un examen basado en la memoria visual más que en comprender la realidad de una época, no me resulta nada placentero. Hay una gran responsabilidad en quien dedica su vida a enseñar al resto, y mi experiencia constata un hecho. Es mucho más efectivo lo que se aprende como parte de un juego, o mediante la reflexión, que la memoria sin fondo, las onomásticas o la filiación de la realeza si luego no sabe uno en qué momento ubicarlos, ni las gestas que se forjaron bajo sus nombres.

Sí, seguramente habrá mil lagunas, errores inmensos que serán la delicia de historiadores quisquillosos en busca de defectos... no obstante, me imagino a mis 12 años descubriendo Troya, Grecia, a Ulises, Príamo, París, Aquiles y leyendas de caballos y sirenas mediante una película, o un libro compartido, y me digo que quizás hubiera sido más provechoso que memorizar datos que, ahora, no sé situar en espacio y tiempo.

DIRECTOR: Wolfgang Petersen
AÑO: 2004

martes, 25 de noviembre de 2008

SAMSARA

¿Cómo hacer que una gota de agua se evapore?
Tirándola al mar

Samsara significa fluir, vagabundear, transitar por diferentes estados. Para los budistas, el samsara sería lo opuesto al nirvana, lo no iluminado, la existencia mundana. Nos hallamos atrapados en este estado hasta que logremos alcanzar un estado de iluminación que nos sitúe más allá de todo lo material, insatisfactorio e insustancial.

Tashi despierta tras un periodo de meditación (tres años, tres meses y tres días) en el Himalaya, alejado del mundanal ruido. El regreso al mundo de los vivos supone un poro abierto a toda sensación, a replantearse su propia existencia en conexión con el mundo. Buscar el placer en la meditación se le presenta como algo tan valioso como el placer de un cuerpo desnudo, descubrir de repente que fluir en la vida no es más que seguir el curso de un río que nos lleva, inexorablemente, con más o menos remolinos, al mismo mar.

No obstante... algunos dicen que en realidad, comprender el mundo es darse cuenta que samsara y nirvana son lo mismo.

DIRECTOR: Pan Nalin
AÑO: 2001

domingo, 23 de noviembre de 2008

REBELDES (The Outsiders)

2 añitos tenía yo por aquel entonces... no sé si ellos serían conscientes del devenir de sus días, de cuál sería el futuro de cada uno de los "grasientos" que encarnan una casi profética juventud rebelde en busca de un futuro distinto.

The Greasers and The Socs, grasientos y dandis, pobres y ricos. La huella que marca el nacimiento es, para muchos, sinónimo de su destino. Uno nace pobre, se rodea de indiferencia, vive en la calle, y busca un futuro acorde a sus circunstancias, no mucho más allá de la gasolinera del barrio, la tienda de comestibles o el bar de la esquina. El rico será siempre rico, protegido por el calor del dinero, la limpieza, y un futuro abierto sean cuales sean sus actos.

Una especie de apuesta por un porvenir distinto en el que el amanecer sigue siendo el mismo, se vea desde el norte o el sur, desde una casa lujosa o el porche austero de quien debe sobrevivirse. No está mal, en estos tiempos en los que sobrevuela una especie de fantasma profético desgarrador sobre una juventud indiferente y anestesiada ante todo lo que le rodea, recordar a veces que tras toda oveja negra hay un diamante en bruto... sólo es necesario pulirlo.

DIRECTOR: Francis Ford Coppola
AÑO: 1983

EL NIÑO CON EL PIJAMA DE RAYAS (The Boy in the Striped Pyjamas)

Dicen que con la edad uno recupera parte de la inocencia con la que jugaba siendo niño. Pero en ocasiones confundimos la inocencia con la inconsciencia, el desconocimiento colorea la mirada de un niño que no ve más allá del simple juego, que desconoce el prejuicio y la doble moral que se esconde tras muchos actos aparentemente magnánimos.

Uno se sienta en la butaca. Cámara, luces y acción sabiendo la trama de la historia de antemano, conociendo el final que ya no sorprende ni tan siquiera a los que no han devorado el libro en un tarde de domingo lluviosa como cualquier otra.

Una zanja, un par de niños que sólo se diferencian por algún diente caído y su vestir, contaminados por el devenir de una historia que será su herencia, su recuerdo, y su destino. Conversaciones y deducciones que previamente imaginamos mientras Bruno contaba sus escapadas a través del bosque, su incomprensión al no poder jugar con los niños de esa granja tan cuidada, su amor filial incondicional, y es que un niño no duda sobre la bondad de un padre... aunque nadie vaya a convencernos de que el amor filial convierte a todo corazón en un mar de buenas intenciones. Inocencia, ingenuidad, quizás para tratar de demostrarnos que a menudo todo es más sencillo de lo que parece... y no obstante, con la experiencia, lo volvemos más complicado.

Buena adaptación sin mayor dramatismo que la perspectiva de un niño que no pudo descubrir que, en realidad, ese traje no era un pijama.

DIRECTOR: Mark Herman
AÑO: 2008

viernes, 21 de noviembre de 2008

ABIERTO HASTA EL AMANECER (From Dusk Till Down)

Dudo que sea consecuencia de verle con cara de no haber roto un plato en su vida, con esas gafas de pseudoempollón inocente, encarnando a un violador sin escrúpulos ni demasiado criterior... pero de repente su sello impregna toda la película, escenas de acción y de sangre gratuita casi rozando lo cómico, de la ley de la venganza por encima de todo y cierta bondad encubierta en cualquier acción.

Su sello. Y no obstante no parece que lleve la batuta de la composición, más uno diría que se disfrazó de R.R. y en realidad dirigió como su alter-ego, que desde luego se le da algo mejor que encarnar a un asesino a sueldo fugitivo de la ley y paranoico hasta el extremo.

Casi podría decir que hay un antes y un después de la entrada en el tugurio nocturno cargado de espectros chupasangres. Un primer episodio verosímil, un par de hermanos fugitivos de la justicia tras haber robado y matado a quemarropa, el bueno y el malo, el razonable y el impulsivo. Y la familia modelo que busca salvarse cuando ya ha perdido la fe en todo, llamada de vida para demostrarse a sí mismos que aún queda esperanza.

Y luego todo se vuelve fantástico hasta lo inaudito. La noche que cambia radicalmente a los que viven de ella, les convierte en espectros de sí mismos hasta que la luz del sol devuelve a la realidad más tangible, menos ebria y placentera.

Aunque siempre quedará el baile de Salma para los amantes de la sensualidad y la carne.

DIRECTOR: Robert Rodriguez
AÑO: 1995

jueves, 20 de noviembre de 2008

ARDE PARIS? (Paris brûle-t-il?)

París. Agosto de 1944. La resistencia francesa se encuentra sitiada y sin medios para defenderse por largo tiempo.

Al mando alemán el general Dietrich von Choltitz. Hombre recto y aparentemente sin escrúpulos, que recibe del Führer el encargo de destruir por completo París ante cualquier contratiempo.

Casi como un documental que se precia de sí mismo, elogio de la entereza de aquellos que confiaron hasta el último momento de la ayuda que les brindarían las tropas aliadas, de una población que veneró a sus combatientes, que abrazó hasta la saciedad a sus libertadores. Un homenaje a sí mismos en cada cliché que se mezcla con imágenes del momento, culminado por un elenco de actores sobrios acorde con el tono de la película.

Curiosamente, pese a la lentitud de una trama que brilla por la ausencia de emociones o subidas de tono, uno termina temiendo por la voz que puede detonar los explosivos colocados debajo de cada puente sobre el Sena tan paseado, o bajo los pies de la Torre Eiffel... aunque, quizás demasiado adornado en la película, al final la conciencia previa de la derrota invita al hombre a desobedecer una orden carente de cualquier estrategia más allá del desquicie personal, y el silencio se halla por respuesta cuando, unas horas tras la rendición, al teléfono suena una voz agria preguntando

¿Arde París?

DIRECTOR: René Clément
AÑO: 1966

miércoles, 12 de noviembre de 2008

EL DULCE PORVENIR (The Sweet Hereafter)

Blanco y puro como la nieve, la vida de un niño cuyo afán no es más que el de perseguir un sueño, la dulce melodía de una flauta que le invita a creer en el futuro, en un mañana que todos conformamos según el color de nuestros sueños.

Tragedia de muerte, de desaparición sin sangre en el lugar que nos queda cuando todo se diluye, cuando la misma nieve que refleja nuestros rostros se deshace dejando riachuelos descontrolados, navegando al azar en busca de un océano que los reciba. La misma sonrisa ajena a toda catástrofe anunciada, la que quedará congelada en el rostro de a los que sólo les queda el recuerdo.

Pérdidas. Existir ya nunca es lo mismo cuando aparece, de forma inesperada, la muerte con sus mil caras. La aparente calma que se respira, las costumbres de cada día, las rutinas y saludos, la aparente seguridad e inocencia de aquellos que nos rodean se tambalea, obliga a revisar los cimientos sobre los que nos construimos a nosotros mismos.

Infidelidad, incesto, promesas de porvenir entre algodones, el calor de un abrazo, ser consecuente con los propios valores... y de repente un alto en el camino, perder una rama, una parte de la frágil raíz que nos mantiene erguidos, y todo parece cubrirse de un manto de incertidumbres, de deseos ocultos, de necesidades no colmadas.

Muchos han perdido a sus hijos, y con ellos bajo el hielo han perdido parte de sí mismos. Sobrevivir puede ser un regalo, o un castigo eterno para quien tuvo en sus manos la posibilidad de girar el volante hacia otro lado, y vivirá siempre con los rostros sonrientes a través del retrovisor, con la culpa como compañera. O las piernas de quien ha visto truncados sus sueños, las promesas que le vendieron en pos de una caricia proscrita, y que sólo entonces descubre el alcance del negocio, lo absurdo del intercambio si ahora ya no puede escuchar el sonido de la música que envenena sus fantasías. O el flautista que busca salvar a un pueblo para así salvarse a sí mismo, de ese pozo sin fondo de llamadas agónicas exigiendo dinero, tratando de ser un padre de los niños muertos, y perdonarse a sí mismo por la hija que murió en su corazón hace tiempo, aunque perviva en la voz que regularmente le llega de lejos.

Quizás sea mejor, entonces, ser tullido y no poder bailar al son de la música. Para no descubrir un día que seguimos atrapados en una cueva, ajenos al sol, lejos del calor y el azul del cielo.

DIRECTOR: Atom Egoyan
AÑO: 1997

lunes, 10 de noviembre de 2008

CONSPIRACIÓN DE SILENCIO (Bad day at Black Rock)

Un pueblo perdido en mitad del Oeste, donde un tren no ha detenido su traqueteo desde hace más de 4 años. Un lugar tranquilo porque sus habitantes viven en el tedio, sumidos en un estraño sueño que les evita preguntarse a sí mismos el motivo de sus acciones, aunque de estas haya pasado ya demasiado tiempo.

Tiempo de redimirse. Cuando un hombre tullido, sin mayor objetivo que devolver a un hijo la gloria que su padre perdió en la lucha, rompe esa aparente calma buscando en la tierra una explicación que de nombre a la ausencia de explicación poco plausible.

Manso, haciendo caso omiso a la provocación ajena, al empuje que le indica que no es bienvenido en una tierra hostil a cualquier novedad, apuesta por la terquedad del que logra su comedido con la perseverancia del que trata de llegar al corazón y la conciencia ajena sin necesidad de empujones. Para que la culpa renazca de forma espontánea, y uno sea capaz de decirse a sí mismo que obró mal, que el silencio no ha sido buen compañero.

Y lo más importante quizás... que nunca es demasiado tarde.

DIRECTOR: John Sturges
AÑO: 1955

domingo, 9 de noviembre de 2008

RED DE MENTIRAS (Body of Lies)

Está muy de moda ahora el mundo islámico... que si atentados por aquí, que si la yihad por allá, que si nadie es de fiar, que si los espías son nuestra salvación, que si en realidad no sabemos nada de lo que sucede a nuestro alrededor...

De acuerdo. Me sumo a la panda de incoscientes que deambulamos por el mundo ajenos al mensaje encriptado que el carnicero de la esquina le envía a la ya entrada en carnes mujer del quinto cuya melena se cubre con su arcaico pañuelo. Claro, puede que en lugar de filete signifique fiambre, en lugar de "la familia bien, gracias", quiera decirle que los integristas que esconde en su casa están a salvo y sin sospechas... uno puede empezar a convertirse en una especie de maníaco con todo lo que le rodea si, tras concienciarse de nuevo que el mundo no es lo que parece viendo su vida retratada en un saco de mentiras que nos incluye a todos, empieza a tratar de limpiarse el cristal empañado de las gafas y entender el alcance de todo lo que le envuelve.

A veces hay que asumir que somos sólo peones en un enorme juego de ajedrez, simples movimientos que nos dejan al margen del objetivo final, del jaque mate definitivo. No hay una, ni diez, ni veinte mentes pensantes (ya no voy a entrar en la fútil discusion sobre su inteligencia) que ignoran nuestros movimientos y, diría más, se enorgullecen de que nos mantengamos al margen. A mi que me dejen mover mis fichas, en un círculo cerrado cuyos límites probablemente nunca llegaré a discriminar, y que ellos hagan enroque con la mayor tranquilidad posible. Prefiero ser turista a ser espía, algunas veces uno se enorgullece de su propia incultura.

DIRECTOR: Ridley Scott
AÑO: 2008

sábado, 1 de noviembre de 2008

LA FIERA DE MI NIÑA (Bringing up Baby)

Si hay algo que resiste al paso del tiempo, es la risa. Humor que trasciende a las modas, la elegancia del gesto y la espontaneidad en la carcajada que se contagia con cada guiño de ese espléndido dúo ante las cámaras.

Debilidades personales, cuando pensar en galantería hace que se evoquen rápidamente nombres...y Grant sin duda es uno de ellos. Sobriedad en el andar y el gesto, elegancia de un porte que se presenta natural sin excesos, como si el escenario fuera su habitual atmosfera y no un marco donde interpretar a un personaje ficticio.

Ingenio astuto y veloz, coordinado gracias a la magnífica armonía de esta pareja en escena que aligera la trama sin dar opción al aburrimiento. Un soplo de aire fresco que aparece de repente en la vida de un hombre volcado en su trabajo y en un vivir sin sobresaltos.

Pese a que todo parece conjurarse en su contra, y los planes iniciales se desencajan, la posibilidad de vivir sin un objetivo fijo según el anhelo que dicte el momento le abre la puerta a tomar la vida con la sonrisa del que es consciente del azar de cada instante. Ser protagonista de un robo fingido, o cazador circunstancial de leopardos, o amigo angustiado por los azares de expediciones a lo largo del globo será, en un final apoteósico, el pilar que determina esa jornada aparentemente desastrosa como la más intensa de su vida.

Porque a menudo la felicidad reside en las pequeñas cosas que aparecen sin mayor aviso.

DIRECTOR: Howard Hawks
AÑO: 1938

LA REINA (The Queen)

No recuerdo en qué ocupaba yo mis días por aquél entonces. Tampoco resuta extraño, porque deduzco que en verano y con 16 años estaría probablemente jugando a cartas en el bar de la piscina del pueblo, o leyendo tumbada sobre la toalla esquivando al sol debajo de un árbol.

Sí me sorprendió la conmoción generalizada tras una muerte. Persona querida por todos, e incluso aún más sabiendo que de su origen humilde y la animadversión que generaron sus formas dentro de la realeza. Más allá del protocolo, quiso seguir formando parte de dos mundos incompatibles. Y la gente lloraba. Gente que tan siquiera lograría conmocionarse con la muerte de un vecino secaba sus lágrimas ante las cámaras, no diré que con dolor fingido, más con la tristeza profunda del que llora con el fin de un mito.

Murió joven, y dejo un hermoso cadáver (para la leyenda, junto con tantos otros).

La caricatura de ese momento dibujada desde la perspectiva del poder sorprende por su seriedad mezclada con humor e ironía en cada uno de los personajes. Nadie se libra de la disección interna, de la crítica ni del abrazo condescendiente en una versión pastel de los motivos del silencio y tardío despertar de la monarquía británica ante la muerte de Diana. Una Casa Real basada en protocolos antiguos que debe mostrarse inquebrantable a pesar del dolor más o menos profundo de parte de sus integrantes; la discreción y cuidado de las apariencias de cónsules privados, que enguajan sus lágrimas ante discursos emotivos cuando deberían mostrar aplomo y distancia. Una directa crítica mordaz a la prensa que, del mismo modo que puede ensalzar el sentimiento monárquico, es capaz de sumirla al borde de un caos diplomático modelando la opinión pública a su antojo; de un primer ministro novel que, tildado de modernista, sucumbirá a sus propios miedos para devolver a la calma a una sociedad que empieza a moverse más por el caótico latir del corazón que por el equilibrio de la razón.

Para que sepamos, en parte, que tras tanta solemnidad y formulismo, hay algo de humanidad encubierta.

DIRECTOR: Stephen Frears
AÑO: 2006