Acudí a la cita con la ilusión de haber visto recientemente el nacimiento del mito, del hombre murciélago obsesionado con el altruismo y la salvación de la humanidad. El héroe que colma la imaginación no sólo de los más pequeños, sino inagotable a través de las décadas e independiente de la condición personal. Incluso los más formales guardan parte del niño ilusionado en un rincón de su ser.
Así, a sabiendas de que las secuelas siempre tienen un tinte de regusto áspero y que las comparaciones son odiosas; pero movida por la curiosidad de descubrir seguramente a uno de los personajes más carismáticos al que casi siempre se asocia Batman, y al cuál ya se introduce a modo de carta de baraja al final de la cinta precedente: el Joker.
Sin dudas es por el rictus nervioso y la risa sardónica, por el porte enfermizo y el andar inquieto, por la ironía del rostro, la frialdad de las respuestas, la ausencia de escrúpulos, la mezcla de mirada fría y penetrante que desnuda sin tocarte, la sensación angustiosa que transmite cada gesto aparentemente carente de toda motivación y sentido... se convierte en el carácter que da sentido a la trama, más allá de cualquier moralina subliminal sobre la bondad o maldad del ser humano, o de la crítica disimulada a un sistema político poco imparcial. Efectos especiales, acción, pasión, fuego y metralla, un bueno, un malo, y un líder cuya aparentemente incorruptible alma se verá lanzada a la mayor de las vicisitudes al encontrarse a solas con el dolor más intenso, con la pérdida de todo sentido del vivir.
Todos los ingredientes más un gran reparto, mezcla asegurada para gustos no demasiado puntillosos.
DIRECTOR: Cristopher Nolan
AÑO: 2008
Así, a sabiendas de que las secuelas siempre tienen un tinte de regusto áspero y que las comparaciones son odiosas; pero movida por la curiosidad de descubrir seguramente a uno de los personajes más carismáticos al que casi siempre se asocia Batman, y al cuál ya se introduce a modo de carta de baraja al final de la cinta precedente: el Joker.
Sin dudas es por el rictus nervioso y la risa sardónica, por el porte enfermizo y el andar inquieto, por la ironía del rostro, la frialdad de las respuestas, la ausencia de escrúpulos, la mezcla de mirada fría y penetrante que desnuda sin tocarte, la sensación angustiosa que transmite cada gesto aparentemente carente de toda motivación y sentido... se convierte en el carácter que da sentido a la trama, más allá de cualquier moralina subliminal sobre la bondad o maldad del ser humano, o de la crítica disimulada a un sistema político poco imparcial. Efectos especiales, acción, pasión, fuego y metralla, un bueno, un malo, y un líder cuya aparentemente incorruptible alma se verá lanzada a la mayor de las vicisitudes al encontrarse a solas con el dolor más intenso, con la pérdida de todo sentido del vivir.
Todos los ingredientes más un gran reparto, mezcla asegurada para gustos no demasiado puntillosos.
DIRECTOR: Cristopher Nolan
AÑO: 2008