jueves, 11 de diciembre de 2008

VOLVER PARA NAVIDAD (Back for Christmas)

De nuevo aparece la sombra de la mujer posesiva... si es que va a parecer que le busco los tres pies al gato, pero no es mala proporción tener dos de tres episodios con una parodia de mujer dominadora y manipuladora. Queda decir que, al menos, el hombre lo dibuja con cierta gracia... una crítica llevada al extremo termina mostrándose como una caricatura.

Y es que la mujer doméstica es controladora por antonomasia. Si ya lo afirma Hermione, que las cosas mejor hacerlas uno mismo para asegurarse de que se realizan como uno desea. Todo bajo control, nada dejado al azar, ni siquiera el que parece único rincón de respiro de su marido. Una bodega que va construyendo sospechosamente con forma de sarcófago con medidas reales.

Volverán a casa por Navidad, y verás que sorpresa - confiesa a una amiga. Todo listo antes de marcharse, aunque Herbert ya insinúa que quizás les gusta su destino y no regresan tan pronto como lo esperado. Una última duda, sobre la bodega, colofón para deshacerse del ser que oprime toda su libertad.

Y se marcha tan alegre, descubriendo mundo en soledad y andando a su ritmo, felicidad exultante que le permite esa libertad tan ansiada. Escribe mentalmente cartas fingiendo una estancia agradable y completa lejos de su hogar, evocando la imagen de su mujer enterrada en el sótano. Firmando ya el contrato que le permitirá establecerse lejos, recibe la sorpresa que vendrá de ultratumba... y es que honrándose a sí misma -como no- la mujer extensió sus tentáculos dominadores incluso en ese pequeño rincón de ensueño del hombre. Una tumba aparentemente inexhumable que será, como sorpresa navideña, renovada para albergar una bodega ejemplar.

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