lunes, 8 de diciembre de 2008

APPALOOSA

Con este elenco de actores -me repito- algo bueno tiene que salir. Además, un western con tintes modernos siempre termina siendo un acierto, aunque sólo sea intentando venerar a los grandes.

Pero aquí el objetivo se diluye en un intento infructífero de mezclar lo añejo con lo nuevo. Y quizás sea un elenco pero la sobriedad aparente de los vaqueros se vuelve exasperante con la superficialidad de silencios, conversaciones alargadas hasta el empalago, sentimentalismos a caballo entre la edad media y el futuro, lucha por unos valores que se hallan inubicables en el tiempo.

Un vaquero que se hace el dueño de un poblado acosado por el miedo. Un compañero tan rápido a la carga como su mentor, pero sin embargo carente de lo más importante para ser el dueño del oeste: apatía. El torpe en el lenguaje pero implacable a quemarropa que se complementa a la perfección con el pseudopoeta que quizás vacile en el disparo. Y la mujer, nadando entre tres aguas, cautivadora desde su inicio, las cartas sobre la mesa y el mejor postor, que puede cambiar igual que veleta al viento. Amarse a uno mismo significa entonces amar el poder, la codicia que queda ajena a todo.

Y el malo. Porque en todo western que se precie tiene que existir el villano y el indio, aunque ambos sean casi circunstanciales y uno termine pensando si no habrán sido anexionados al argumento casi a trompicones. Apaches que unen a los enemigos para despistarlos. Villano que es la ficha que desestabiliza al resto. Hoy mato, mañana cambio la estrategia construyendo un local donde camelar al pueblo sin disparos para que me dé de forma voluntaria aquello que antes tenía a tiros. Y de paso, le robo la novia al sheriff, y ya la liamos gorda.

¿Una moraleja? Quién sabe, casi sería apología al "ojo por ojo", o confesarse a uno mismo que, para lograr una relativa paz en el ambiente, a veces hay que lanzar la ley fuera del alcance de la vista y tomar partido, evitando causas mayores... algo socialmente incorrecto, en los tiempos que corren.

DIRECTOR: Ed Harris
AÑO: 2008

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