sábado, 2 de mayo de 2009

VIRIDIANA

Se cierra el telón. Y a uno le da la sensación de haber presenciado un retablo goyesco en tres actos. Una sátira en potencia, una caricatura de lo mundano y pueblerino, un aesperpéntico y constante crítica al catolicismo.

Nada que ver con el mito del santo Job, el eterno mártir que conserva su fe a pesar de los pesares. A Viridiana la pondrán a prueba en pensamiento y en carne, incluso después de renunciar a la vida monacal por considerarse inmoral aún a su pesar. Resignada a cargar con la muerte de un hombre que veía en su imagen a la esposa muerta, decide continuar una vida dedicada al prójimo buscando socorrer a los más necesitados.

Pobres, enfermos, ciegos, embarazos sin padre conocido, una reunión de lo más mundano a su merced, con el que poder redimir sus pecados. Pero tras tanta bondad sin recompensa, la fe ciega en que la pobreza va de la mano de la honestidad se ve decapitada con un retablo de anécdotas dignas de recuerdo. Desde la imagen de una novicia Viridiana acariciando las urbes de una vaca, hasta el feroz retrato en parodia de la última cena, donde el vino corre por doquier y se parte el pan como si de discípulos se tratara.

No queda títere con cabeza. Cuando incluso en un abandono final acepta la belleza de un rostro más cercano a lo humano que a lo divino, deberá compartir la realidad que queda más allá de toda moral escrita... y jugar al azar de la vida, donde uno no sabe en qué momento perdió su propio orgullo.

DIRECTOR:Luis Buñuel
AÑO: 1961

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