sábado, 1 de noviembre de 2008

LA FIERA DE MI NIÑA (Bringing up Baby)

Si hay algo que resiste al paso del tiempo, es la risa. Humor que trasciende a las modas, la elegancia del gesto y la espontaneidad en la carcajada que se contagia con cada guiño de ese espléndido dúo ante las cámaras.

Debilidades personales, cuando pensar en galantería hace que se evoquen rápidamente nombres...y Grant sin duda es uno de ellos. Sobriedad en el andar y el gesto, elegancia de un porte que se presenta natural sin excesos, como si el escenario fuera su habitual atmosfera y no un marco donde interpretar a un personaje ficticio.

Ingenio astuto y veloz, coordinado gracias a la magnífica armonía de esta pareja en escena que aligera la trama sin dar opción al aburrimiento. Un soplo de aire fresco que aparece de repente en la vida de un hombre volcado en su trabajo y en un vivir sin sobresaltos.

Pese a que todo parece conjurarse en su contra, y los planes iniciales se desencajan, la posibilidad de vivir sin un objetivo fijo según el anhelo que dicte el momento le abre la puerta a tomar la vida con la sonrisa del que es consciente del azar de cada instante. Ser protagonista de un robo fingido, o cazador circunstancial de leopardos, o amigo angustiado por los azares de expediciones a lo largo del globo será, en un final apoteósico, el pilar que determina esa jornada aparentemente desastrosa como la más intensa de su vida.

Porque a menudo la felicidad reside en las pequeñas cosas que aparecen sin mayor aviso.

DIRECTOR: Howard Hawks
AÑO: 1938

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