Dudo que sea consecuencia de verle con cara de no haber roto un plato en su vida, con esas gafas de pseudoempollón inocente, encarnando a un violador sin escrúpulos ni demasiado criterior... pero de repente su sello impregna toda la película, escenas de acción y de sangre gratuita casi rozando lo cómico, de la ley de la venganza por encima de todo y cierta bondad encubierta en cualquier acción.
Su sello. Y no obstante no parece que lleve la batuta de la composición, más uno diría que se disfrazó de R.R. y en realidad dirigió como su alter-ego, que desde luego se le da algo mejor que encarnar a un asesino a sueldo fugitivo de la ley y paranoico hasta el extremo.
Casi podría decir que hay un antes y un después de la entrada en el tugurio nocturno cargado de espectros chupasangres. Un primer episodio verosímil, un par de hermanos fugitivos de la justicia tras haber robado y matado a quemarropa, el bueno y el malo, el razonable y el impulsivo. Y la familia modelo que busca salvarse cuando ya ha perdido la fe en todo, llamada de vida para demostrarse a sí mismos que aún queda esperanza.
Y luego todo se vuelve fantástico hasta lo inaudito. La noche que cambia radicalmente a los que viven de ella, les convierte en espectros de sí mismos hasta que la luz del sol devuelve a la realidad más tangible, menos ebria y placentera.
Aunque siempre quedará el baile de Salma para los amantes de la sensualidad y la carne.
DIRECTOR: Robert Rodriguez
AÑO: 1995
Su sello. Y no obstante no parece que lleve la batuta de la composición, más uno diría que se disfrazó de R.R. y en realidad dirigió como su alter-ego, que desde luego se le da algo mejor que encarnar a un asesino a sueldo fugitivo de la ley y paranoico hasta el extremo.
Casi podría decir que hay un antes y un después de la entrada en el tugurio nocturno cargado de espectros chupasangres. Un primer episodio verosímil, un par de hermanos fugitivos de la justicia tras haber robado y matado a quemarropa, el bueno y el malo, el razonable y el impulsivo. Y la familia modelo que busca salvarse cuando ya ha perdido la fe en todo, llamada de vida para demostrarse a sí mismos que aún queda esperanza.
Y luego todo se vuelve fantástico hasta lo inaudito. La noche que cambia radicalmente a los que viven de ella, les convierte en espectros de sí mismos hasta que la luz del sol devuelve a la realidad más tangible, menos ebria y placentera.
Aunque siempre quedará el baile de Salma para los amantes de la sensualidad y la carne.
DIRECTOR: Robert Rodriguez
AÑO: 1995
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