miércoles, 20 de mayo de 2009

VALS CON BASHIR (Waltz with Bashir)

Junio de 1982. Fruto de los bombardeos en la zona norte de Israel, inflingidos desde el Líbano, el gobierno israelí optó por conquistar una zona de seguridad de unos 40 km para evitar que los misiles palestinos llegaran a Israel.

Pero la codicia siempre se adueña de las mentes menos adecuadas, y el ministro de defensa de Israel, Ariel Sharon, quiso ocupar el Líbano hasta llegar a Beirut. Así, su aliado cristiano, el comandante en jefe de la milicia falangista Bashir Gemayel podía convertirse en presidente del país, y evitar para siempre la amenaza palestina en la región norte.

Dos meses más tarde, con el ejército israelí a las puertas de Beirut, se firmó un tratado con los palestinos para que fueran evacuados a Túnez, a condición de que Israel retirara sus tropas. Bashir fue elegido presidente del Líbano, sinedo admirado no solo por las milicias cristianas, sino por los líderes israelitas. Pero poco después fue asesinado mientras daba un discurso en la sede falangista de Beirut.

No fue reivindicado, pero se atribuyó el atentado a facciones sirias y palestinas. De inmediato, las tropas israelía tomaron Beirut. Rodearon los campos de Sabra y Chatila, reductos palestinos, y se unieron a las tropas falangistas. Movidos por el deseo de vengar la muerte de su líder, entraron en los campos para limpiar el lugar de combatientes. No obstante, pocos quedaban allí tras su traslado a Túnez. Durante 3 días, masacraron a los habitantes del campo: mujeres, ancianos y niños. Ante la mirada pasiva de los que no participaron directamente, pero tampoco hicieron nada por evitarlo.

A pesar de las aparentes protestas de algunos militares israelíes, el gobierno hizo caso omiso de las alarmas hasta que se creó un comité de investigación que culpó a Sharon por su pasotismo al ser informado de la masacre. Dimitió, aunque años más tarde se convertiría en primer ministro...

Folma fue testigo de esa guerra. Aunque la memoria le hiciera recordar ese tiempo con una nebulosa irreal por su ausencia de recuerdos. La búsqueda de su propia historia le hace recrear momentos, buscándose a sí mismo en la memoria de aquellos que compartieron con él la experiencia de esos días. Un retrato del horror quizás demasiado condescendiente con los que hacen oídos sordos a lo que sucede en casa del vecino, y eximen su parte de responsabilidad por no haber sido conscientes de la realidad de unos gritos, de la barbarie que sucede a un palmo de las propias narices

Desgarradora... y a la vez con un tinte de demagogia echando demasiados balones fuera. Y es que las verdaderas víctimas se escriben entre los gritos desesperados de las mujeres que buscan a sus familiares en los escombros, y no en las lagunas mentales de los que vieron fusilar a inocentes en la distancia, y de su silencio se ennegreció su memoria.

DIRECTOR: Ari Folman
AÑO: 2008

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