viernes, 24 de abril de 2009

A MERCED DEL ODIO (The nanny)

A pesar del riesgo de encasillar un rostro con determinado tipo de papeles no se le puede negar a Bette Davis la sobriedad con la que representa uno tras otro papeles de criminal con una trasfondo maníaco.

En este caso, una tradicional niñera que ha visto crecer a casi toda la familia será el objeto de ira de un niño recién salido de un reformatorio en el que, aparentemente, no ha logrado reencauzar sus instintos maquiavélicos. Mentiroso por naturaleza, evita a toda costa quedarse a solas con el aya acusándola de intentar asesinarle del mismo modo que hizo con su hermana.

Pero en realidad el mundo siempre navega en falsas apariencias. Aquellos que defendieron su inocencia se verán cuestionados, los que asumieron locura sentirán tambalear sus cimientos, y es que aquí donde vivimos hay que recordar, siempre, que son sólo los borrachos y los niños los que, amparados en su inocencia, tiñen de verdad sus palabras y gritos.

DIRECTOR: Seth Holt
AÑO: 1965

miércoles, 22 de abril de 2009

LA LEYENDA DEL PIANISTA EN EL OCÉANO (The legend of 1900)

Land... land is a ship too big for me, a woman to beautiful, a trip too long, perfume too strong, music I don't know how to make, I could never get off this ship. at best, I can get off my life.
Si me detengo a examinar a la gente mi mirada se desvía casi espontáneamente hacia las manos. Nunca he descubrierto los motivos, no obstante, algo se esconde tras su potencial creativo, las manos que modelan, que perfilan esbozos, que describen viajes soñados, tras las cuales surgen melodías.

Mis ojos persiguen el movimiento de unas manos sobre el piano, ese deslizarse armónico como si se tratara de un delfín en la inmensidad del océano. Mi corazón se detiene ante la mano que logra extraer sinfonías de sus teclas, un don para mis oídos.

Si a eso le sumamos mi atracción por los relatos, por esa imagen tan evocada de noches en mitad de la oscuridad compartiendo historias, cuentos, leyendas, aventuras... es difícil no dejarse emocionar por el relato de un hombre que huyo de un destino más fácil, y vivió sin pisar tierra firme y no obstante, al pleno.

Se agradece que, de vez en cuando, alguien toque las teclas del espectador con esta delicadeza, fascinante y siempre acompañada de un fondo musical (Morricone, para quitarse el sombrero) sin el cuál perdería su magia. En el mundo en que vivimos, en una lucha constante hacia delante, la perspectiva de un hombre cuya gloria se contenía en las 88 teclas de su piano es un canto a la vida sencilla que, a menudo, puede ser a la par la más completa.

Y es que toda la película es un canto al lirismo... desde el baile inicial del piano al vaivén de las mareas, hasta el gran duelo de improvisación y jazz con el gran maestro. Todo nacie en sus ojos, que perciben a las gentes y sus deseos en pentagramas, un andar inquieto, el remordimiento, el deseo, la duda... es la misma vida la musa, y esa misma ambición suficiente para encontrar su espacio, un lugar entre aguas sin un rumbo fijo.

La ambición, la puerta abierta a la gloria y la posteridad, puede ser a la vez su cárcel. Y es así, consciente de que a veces lo infinito cabe en la palma de la mano, como renuncia al mundo que se rige por las mismas leyes, evitando el yugo de quien, logrado un objetivo, pierde su norte y sólo quiere sumar otro, y otro, y otro más.

You rolled out in front of me a keyboard of millions of keys, millions and billions of keys that never end. And that's the truth Max, that they never end. That keyboard is infinite... and if that keyboard is infinite, then on that keyboard there is no music you can play. You're sitting on the wrong bench... That is God's piano

DIRECTOR: Giuseppe Tornatore
AÑO: 1998

SALVAD AL TIGRE (Save the tigger)

Los tigres (y los leones), dicen, a pesar de ser animales salvajes siempre regresan a los lugares que recuerdan hermosos. Es así como les cazan.

El hombre no deja de ser un animal salvaje educado en cautividad. Contruye la propia existencia basado en rutinas y convenciones, anhelando siempre el tipo de vida que no fue capaz de crear con sus manos.

En un entorno diezmado por la depresión, Harry experimenta una crisis personal que se extiende en múltiples ramas. Crisis de un hombre cuya edad empieza a marcar ya una sutil cuenta atrás; crisis de un marido cuya rutina diaria ha abandonado la pasión por la rutina; crisis de un empresario que ve como su compañía dedicada a la moda se encuentra al borde de la ruina; crisis de las propias ideas, que le llevan a plantearse incluso prendre fuego a parte de su empresa para poder cobrar el seguro y mantenerla a flote.

Brillante y sereno, su desesperación personal se nos transmite gracias a la risa ingenua del que se deja llevar por la juventud en un intento exasperado de recuperar el verdadero sentimiento que nos mueve por dentro. Perdido en sí mismo, los recuerdos trágicos sobre su juventud se superponen a sus costumbres, engendrando en su interior un sentimiento contradictorio del que ha llenado de frivolidad sus días, rodeados de encajes y de telas sutiles, mientras en su interior algo se iba desomponiendo, el carente apego a la vida.

Y como el tigre... al final regresa al recuerdo de los días hermosos, cuando el juego y la pasión eran tan inocentes como reales, y el máximo objetivo era formar un equipo, y lanzar el balón lo más lejos posible. Bateador, homerun y grand slam en miniatura.

DIRECTOR: John G. Avildsen
AÑO: 1973

martes, 21 de abril de 2009

CAPOTE (Truman Capote)

Si persiste esta especie de pasión personal por rescatar lecturas a través del cine, en breve tendré que idear el sistema de dotar al día de más horas de las que ya tiene, en un intento de que sol y sombra se alarguen para poder gozar al pleno de todas las pequeñas maravillas que quedan pendientes.

Aunque no recuerdo en qué lugar leía sobre un hombre que obstinado en recorrer el mundo, habiendo terminado su gesta ya apenas conservaba recuerdos de los primeros lugares que visitó, y decidió empezar de nuevo, para despertar a su memoria.

Leí "A sangre fría" hace ya bastantes años, movida por la curiosidad de un hombre cuya fama radica casi en un único libro, que cambió la concepción de la novela realista y marco un hito. Observar al hombre a través de su búsqueda insaciable de realismo, y el sentimiento personal de conmisceración y aversión que suscita su relación con los asesinos es el nexo que une a la biografía visual de su auge y decadencia como escritor.

Fascinante interpretación de Hoffman (aunque pierda toda credibilidad en su versión doblada), amanerado y sobrio, logrando que se alternen la compasión por su personaje colmado de incongruencias y de miedos, hombre aplastado por su pasado y necesitado de una ternura que ni él mismo conoce, y la repugnancia por su ansia de poseer la mente de un hombre que puede cambiar su vida en todos los sentidos. Prescindiendo de un argumento bastante simplón, el trabajo de cada uno de los personajes merece un análisis en sí mismo.

DIRECTOR: Bennet Miller
AÑO: 2005

EL VIENTO QUE AGITA LA CEBADA (The wind that shakes the barley)

Irlanda, principios de siglo. Los irlandeses buscan la independencia y se unen para luchar contra los Black and Tans, tropas enviadas por los británicos para neutralizar a los insurgentes.

Dos hermanos renunciarán a sus aspiraciones personales en pos de la batalla para defender lo propio, y tratar de combatir contra los extranjeros que abusando de su poder minusvaloran y ningunean a sus habitantes. Organizados desde los pueblos y los campos, la batalla se convierte en una pelea por conservar los propios ideales, y cuidar al menos favorecido para lograr una sociedad más justa y ecuánime.

Cargado de sensibilidad y dramatismo, la defensa de los valores personales sobrepasa cualquier amiguismo. La fe en los ideales se lleva hasta el extremo, sobrepasando la frágil línea de la propia humanidad al sacrificar a aquellos que en algún momento se consideraron compañeros. La traición no entiende de excepciones.

Cuando la crueldad de los ataques por ambos bandos fuerzan a la consecución de un pacto, la sociedad irlandesa se divide en aquellos que creen que las concesiones son parte del entente, y los que ven en el tratado una forma más de sumisión adornada. El enemigo, hasta entonces externo, se convierte en la raíz de la decadencia interna. Hasta entonces camaradas, familias enteras se ven divididas y aquellos que otrora dieron cobijo son amenazados a boca de pistola por los que recibieron meses atrás un plato caliente de sus manos.

Sobria y sin excesos, abrazada siempre por un fascinante paisaje y melodías que nos transportan con facilidad al país de los tréboles, la poesía de Yeats y los cuentos de Oscar Wilde.

DIRECTOS: Ken Loach
AÑO: 2006

NUESTRO PAN DE CADA DÍA (Unser täglich Brot)

No apta para estómagos sensibles. Definitivamente, a veces el desconocimiento es una puerta abierta a la tranquilidad que rodea todos nuestros actos cotidianos.

Y si fácilmente el silencio que acompaña la hora y media de documental se llena con el latir del propio corazón obligado a cuestionarse cada uno de sus sentimientos, no obstante hay que saber distinguir, al final, las dos caras de la moneda que trata de transmitirnos su director.

No es por multiplicación divina que podemos gozar en nuestros días de alimentos sin importar la época del año en la que supuestamente se cultivan. Ni carnes y pescados, o sus derivados, en cantidades industriales pareciendo un pozo sin fondo de la procreación. Es obvio, todos hemos escuchado en múltiples ocasiones sobre la existencia de invernaderos, de piscifactorias, de fábricas donde se crían polluelos o se sacrifican cerdos para su posterior consumo.

Fácilmente podemos sentirnos heridos por la dureza con la que se transmite la aparente deshumanización en la obtención de alimentos. Amplias fábricas donde el sacrificio de animales y su proceso son reducidos al eslabón en cadena, como si de una fábrica de coches se tratara, donde cada operario tiene su función específica, casi obligando a mostrarse ajeno al acto total, al sentimiento de estar sacrificando un ser vivo. Eviscerar a un cerdo se nos muestra un acto tan trivial como poder comerse luego tranquilamente un bocadillo en un descanso del trabajo, o como noquear a una vaca y verla convulsionar hacia su muerte. Probablemente nos llevemos las manos a la cabeza, e incluso pueda uno pensar en alimentarse de aire... pero no menos bárbaros ni deshumanizados tengo recuerdos de infancia en los que mi abuelo degollaba a un blanco y reluciente conejo ante mis ojos, y luego lo limpiaba de sus vísceras, y guardaba una pata o la cola a modo de llavero. El hombre siempre ha matado para alimentarse, nunca va a existir una forma humana de hacerlo.

Todo en cadena... incluso el mundo de la agricultura resulta un trabajo continuo, en el que sorprende ser espectador de su evolución en el tiempo. La mano del hombre, que sigue siendo necesaria en muchas ocasiones, se ve sustituída a veces por las nuevas tecnologías que a la par que facilitan el trabajo, logran producciones de características industriales. Sorprendida por ver la recolección de algunos alimentos de consumo habitual, sonrío pensando de nuevo en mi abuelo, y en cómo hubiera agradecido su espalda y rodillas artríticas de subirse a las ramas de los olivos a batirlos manualmente y deslomarse recogiéndolas del suelo, la ayuda de una máquina que en 2 minutos lograra vaciar las ramas de los árboles, y otra que succionara las arbequinas del suelo.

Si bien es cierto que la industrialización deshumaniza determinados actos, no me parece siempre justo asumir que el trato "humano" es el mejor en todos los casos. También he sido testigo del gran espectáculo de la matanza del cerdo en los pueblos, y casi me parece mejor morir de una descarga, con rapidez, que ser deshollado lentamente.

Sin lugar a dudas... la polémica está servida

DIRECTOR: Nikolaus Geyrhalter
AÑO: 2005

lunes, 20 de abril de 2009

60 SEGUNDOS (Gone in 60 seconds)

Antepongo varias premisas (para evitar suspicacias): no soy una apasionada de los coches. No me fascina el sonido de un motor a mil revoluciones, ni la reluciente carrocería a caballo entre el ayer y el hoy, ni los acabados de cuero, ni las luces de xenón, ni la leyenda que tienen algunas marcas, modelos, números concretos.

Las peliculas de acción pura, simple y llana no me dejan indiferente, pero tampoco me aportan más que el entretenimiento del momento y el aplauso por un logro en cuanto a efectos especiales que, consciente de su caducidad, permanece en mi el mismo tiempo que los datos sobre las características de un automóvil. Mi mente es limitada y sólo guarda la escasa información que le es de utilidad práctica (o que le apasiona, bien, dejémoslo en eso).

Hay actores que me obligan a tomar cierta distancia de antemano cuando me dispongo a disfrutar del buen cine. Nicolas Cage es uno de ellos, y quizás porque siempre me ha dejado un sabor de boca poco creíble en sus películas me predispone poco a su favor. Y si encima la sorpresa en los nombres de entrada suman a una Angelina Jolie en sus inicios, tengo media concepción vendida con premeditación y alevosía.

Pero hay que ampliar los horizontes y dejarse llevar a menudo para tener el bagaje suficiente y saber discernir. Probablemente hace 10 años mis preferencias cinéfilas nada tenían que ver con las de ahora. No es que uno se vuelva más selecto, sino que con el tiempo y las horas se empiezan a aprender las debilidades personales.

Ciñéndome. Hombre amante de los coches, landronzuelo retirado, cuyo hermano menor se mete en líos (en un intento de emular a su héroe familiar). Le llaman, tiene 72 horas para localizar 50 coches de ensueño, uno de ellos su espinita personal (Eleonor, porque a los coches hay que bautizarlos, cosa del cariño). A eso le añadimos un grupo de antiguos colegas, los nuevos y jóvenes con las tecnologías adaptadas al momento, un par de polis ávidos de venganza, un gánster con cara de malo y unas cuantas escenas de persecución en las calles y... voila! Película terminada! Porque al final (no creo que vaya a sorprender a nadie) ganan los buenos. A lo Robin Hood.

DIRECTOR: Dominic Sena
AÑO: 2000

domingo, 19 de abril de 2009

SIETE MESAS (DE BILLAR FRANCÉS)

Los engaños son parte de nuestra existencia como humanos. Hay quien dice que uno no puede poner la mano en el fuego ni por sí mismo, así de volubles son nuestros pensamientos, y de poco coherentes nuestros actos.

Es por eso que mostrar la realidad de historias personales colmadas de engaños, mentiras, dobles vidas, secretos y artimañas no es algo sorprendente. Tampoco lo es a estas alturas la capacidad del hombre de sobreponerse, de hacer borrón y cuenta nueva y tratar de construir de nuevo una realidad más tolerable.

Cada uno carga en sus espaldas con una crónica personal que le lleva a ser quien es. Padres que volcan en sus hijos las espectativas que ellos nunca pudieron cumplir, pero que a la vez se muestran reacios a que sus descendientes acometan sus objetivos y les superen. Parejas que creen conocerse y descubren un día que han construído una realidad sobre unos tambaleantes cimientos. Hijos que creen cumplir su cometido en la vida haciendo lo que socialmente se espera de ellas, cuidando a su manera y creyéndose víctimas de una vida que no han elegido, cuando tampoco luchan por cambiarla (ni escuchar, quizás, los gritos desesperados de quienes apuestan por su independencia). Amigos que se unen en un lugar común a pesar del descalabro de sus propias vidas, que se conocen y desconocen en la misma medida, ajenos a cualquier apunte de desconfianza.

Un muerto, la rueda que gira y obliga a los participantes a tomar partido. A veces en un segundo pueden cambiar las cartas del destino, un espacio queda vacío y hay que tomar la decisión de romper definitivamente con las cadenas que nos anclan al pasado y crecer, o vivir de forma permanente en el lamento de lo que pudo ser, pero algo ajeno se interpuso.

A veces, una carambola puede ser fruto del azar... pero casi siempre, es uno mismo quien dirige la fuerza del tiro.

DIRECTOR: Gracia Querejeta
AÑO: 2007

sábado, 18 de abril de 2009

SNATCH, CERDOS Y DIAMANTES (Snatch)

Suburbios, delincuencia, tráfico de armas, negocio de diamantes, un gitano familiar como manda la tradición interna, una granja de cerdos... y un diamante.

Una mezcla de historias trepidante que se entrecruza de forma inteligente, mordaz y a la vez inverosímil. Marcado por un tono de humor negro que sobrevuela cada uno de los relatos, mostrándonos a sus protagonistas como meros títeres movidos por la urgencia del momento, sin un plan premeditado y bien maquinado que mueva sus pasos. Todos parecen actuar condicionados por los flujos de sus adversarios, sin un patrón fijo y víctimas de la propia ineficacia.

Y el tópico que caracteriza a los peones de este gran y caótico ajedrez.

El gángster de los bajos fondos que cree tener bajo su mando a todo el que se mueve en su terreno, que amenaza con acciones que superan cualquier atisbo de sensibilidad ajena; amenazas sutiles en una excursión a sus propias granjas, con cerdos que logran hacer desaparecer cadáveres en forma de deshechos.

El magnate que espera el negocio del siglo, tras el robo de un diamante por un grupo de falsos judíos que se disuelve una vez logrado su objetivo. Contratos en falso y supuesta lealtad que se ven desde el principio condicionadas por la suculenta presa: un enorme y brillante diamante anhelado por los que ni siquiera sabían de su existencia.

Un par de jóvenes maleantes sin un lugar fijo en el mundo de los trapicheos, y que intentarán hacerse un hueco inconscientes de las posibles consecuencias.

Tres negros buscando negocio aún a sabiendas de que sus actos van a ser pura chapuza.

Y un gitano, cuyo sentido de clan sobrepasa cualquier prejuicio. Despreciados por todos, su leyenda como grupo nómada por naturaleza y timador no impide que se busque hacer negocios con ellos. Y a pesar de su aparente estupidez, al final terminan dejando pasmados al resto de los presentes, por la capacidad de organizar una venganza nada esperada, y su posterior fuga, siempre unidos, sin esa sed de victoria personal que puede activar al resto.

Divertida, sugestiva, mordaz y corrosiva hasta el extremo. A veces uno puede llegar a ser feliz dentro de la aparente falta de diversidad de sus monótonos días.

DIRECTOR: Guy Richtie
AÑO: 2000

martes, 14 de abril de 2009

ROCK'N ROLLA

Desde los bajos fondos de la vida londinense surge una trama en la que la traición se disfraza con trajes variados dependiendo del interlocutor con el que se trate. Historias de una mafia que quiere alejarse del tópico siciliano en el que las palabras se las lleva el viento, y marca cada paso con recibos y huellas que tarde o temprano pueden girarse en contra de quien con astucia las ha señalado.

Poder, relaciones y trueques en un mundo en el que saberse rey es jugar con la desventaja del que se cree intocable. Esa misma confianza será el origen de su propia caída, cuando aquellos a los que compró para eregirse como amigos descubren el engaño al que han sido sometidos, la doble cara de una moneda llamada lealtad.

Rusos, yonkis, ladrones de poca monta, contables que quieren enriquecerse sin mancharse, matones a sangre fría, concejales, representantes musicales, constructores... historias que se entremezclan en la concesión de terrenos, licencias y contratas que aparecen siempre como un juego de intereses previamente establecido, en el que los peones no son más que piezas de un gran juego en el que los ganadores se conocen ya de antemano.

Siempre guardando el tono mordaz del que sabe que en realidad entre las altas esferas en las que se mueven todos los negocios, y la chusma que limpia los trapos sucios, quedamos el resto. Los habitantes de un mundo que camina rozando la inconsciencia, pero también con la tranquilidad de saberse ajeno a esa red de confabulaciones en las que, al final, algo tan ajeno a sí misma como el arte puede ser la clave que desenmarañe cualquier conspiración.

DIRECTOR: Guy Richtie
AÑO: 2008

lunes, 6 de abril de 2009

LA NARANJA MECÁNICA (A Clockwork Orange)

Hay expresiones que permanecen en el recuerdo aunque luego uno sea capaz de difuminar el argumento o encuadrarlas en un relato concreto.

Y entre esas, el rostro de un Alex cuya sonrisa irónica y mirada penetrante ponen en alerta todos los sentidos, a la espera de las peores consecuencias.

¿Violencia gratuita? Casi como en una especie de baile, acorde con la música que acompaña toda la película, se suceden peleas, golpes, violaciones, heridas y despotismo que rozan la parodia. Y es que todo sigue un mismo compás, la sangre que llama a la sangre y un mundo vacío y nocturno que sólo tiene un objetivo: distracción hasta la próxima batalla.

En ese andar sin rumbo, el jefe deja de ostentar el poder y se encuentra recluído, en una institución que se supone debe rehabilitar su mente y convertirle en un ciudadano ejemplar (rodeado de otros como él, para así poder seguir el ejemplo). Sabiendo que le esperan años de rutinas nada apasionadas, se precia a servir de cobaya en un experimento que precide su reinserción en la sociedad completamente regenerado.

Condicionamiento. Que el cuerpo experimente el asco ante la violencia, la agresividad, que sea incapaz de reaccionar y, por tanto, de hacer algo dañino. Pero tampoco de defenderse. ¿No es eso lo que, a menudo, se pasa por nuestra cabeza? Poder eliminar del cerebro de los delincuentes ese "click" que les hace ignorar al prójimo. Y no obstante, el descubrir las consecuencias de tal manipulación nos hace, asímismo, avergonzarnos de nuestra propia resolución. La capacidad de escoger nos hace humanos... en todos sus aspectos.

De nuevo con la referencia original... final abierto que queda como un guiño para que cada uno le de su propia forma. Alex recupera de nuevo la palabra soez y el pensamiento ávido de sangre. ¿Algo habrá cambiado?

Podrá, al menos, disfruta de nuevo de la novena sin náuseas...

DIRECTOR: Stanley Kubrick
AÑO: 1975

sábado, 4 de abril de 2009

SEXO, MENTIRAS Y CINTAS DE VIDEO (Sex, lies and videotape)

Saber o no saber... esa es la cuestión.

A menudo navegamos por la vida con la sensación de pasar rozando por sus aguas, cruzándonos con personas que dejarán mayor o menor huella en nosotros mismos, con las que seguiremos caminando como compañeros en el mismo barco, u otros que se apearán en el camino, pero indudablemente forman parte del ser que somos desde entonces.

Dicen que nunca lograremos conocer a alguien por completo. Quizás porque esa misma incapacidad empieza por uno mismo, llegando a sorprendernos en ocasiones por tal o cuál reacción ante un hecho. Seguramente porque conservamos ese instinto primitivo que nos mantiene ligados a la naturaleza, y que nos hace imprevisibles incluso cuando más creemos tener el día a día bajo control.

Cambiamos. Y en eso influye el día a día que nos marca, que deja una huella que inevitablemente condiciona nuestro siguiente paso. Es por eso que quizás la persona a la que conocimos hace tanto tiempo, años, con la que igual compartimos borracheras y noches en vela, ya no sea la que fue. Para bien, para mal, o por simple divergencia de caminos.

Las mentiras del pasado, el sexo por el sexo, la sensación de llevar una existencia vacía... generan impotencia, un desierto interior que sólo puede llenarse mirando en el interior de uno mismo. En ese entorno, la llegada de Graham no es más que el desencadenante de una serie de confesiones personales que llevan a los cuatro personajes a despojarse de sus propias máscaras. Dos hermanas en apariencia opuestas: Ann responsable, púdica y frígida que evita a toda costa cualquier intento de placer en lo que aparece como una vida carente de aliciente, únicamente coloreada por las visitas a un terapeuta que parece no le aporta nada especial. Cynthia extrovertida, pasional, amante del sexo sin complejos y con una aparente seguridad que se desmorona según sople el viento. John, marido ejemplar en versión pública, aunque busque huir de la monotonía de un matrimonio que le aporta poco más que un florero social. Y Graham, un hombre acomplejado por su propia impotencia, reflejo de aquello que fue, y que cubre sus carencias filmando cintas en las que pregunta, sin complejos, a diversas mujeres sobre su vida sexual.

En este intercambio de papeles, el voyeurismo juega una labor primordial, llegando a ser la ficha que descubra lo más íntimo de cada uno de los personajes. Huyendo del pasado, el intercambio final de papeles hará que Ann descubra que quizás su falta de pasión en la vida se debe a no haber sido capaz de cuidar de sí misma, de escuchar a su propio corazón. Desnuda ante la cámara, se descubre ante aquél que ha sabido tocar las teclas adecuadas para hacerle despertar. Y quizás movida por ese mismo desvelo, toma las riendas de una cinta compartida que será el final de ambos engaños, de una vida a la deriva que podrá (quien sabe) andarse en la misma dirección.

DIRECTOR: Steven Soderbergh
AÑO: 1989