domingo, 4 de mayo de 2008

LA HABITACION DE FERMAT

Hay una especie de fascinación reciente por los enigmas matemáticos, por la vertiente oscura oculta tras los números. Una fascinación de la que el cine se ha ido apoderando en los últimos tiempos, evocando leyes y descubrimientos en los que son aquellos los que dominan de forma secreta los designios de la existencia.

Los matemáticos siempre nos han sido mostrados como personajes peculiares absortos en su propia noción del mundo, ascetas cuya mente se rige siempre por cálculos y visión binaria de lo que les rodea. Ciencias de lo absurdo con las que crecemos desde que, de bien pequeños, nos infunden un conocimiento superficial y nada práctico de lo que en realidad las sumas, restas, ecuaciones o derivadas han podido aportar a nuestra realidad de cada día.

Encerrados en un cuarto menguante los cerebros pensantes de los invitados a una reunión secreta se verán en la tesitura de exprimir sus neuronas para liberarse de la inevitable falta de espacio que supone el tiempo que pasa sin solucionarse un enigma matemático. La habitación decrece por momentos y ante la visión cercana de la muerte la lógica que aparentemente regía su existencia se ve remplazada por el inevitable recuento de imágenes de la propia vida que se debate en la lucha por la supervivencia. Lo más oculto de uno mismo, los sentimientos reales más allá de todo teorema implacable, asoman tras el nerviosismo y la debilidad de lo humano.

Y es que, a pesar de que el mundo pueda regirse por leyes intrínsecas rígidas, por suerte somos humanos, demasiado humanos. Cierta razón hay en afirmar que, si todo el mundo pudiera volar, ya no sería un deseo oculto de muchas mentes que buscan lo inalcanzable.

DIRECTOR: Luis Piedrahita, Rodrigo Sopeña
AÑO: 2007

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